
Primera cita (y citas en general, las reglas siguen aplicando).
Finalmente el aprendiz de seductor se armó de valor e invitó a la Malcogida a salir. Aquí, en la primera cita, radica el futuro de la pareja. Pero como todo inexperto (o experto) a veces comente errores, lo mejor es tratar de evitar ciertos puntos durante este importante evento.
Obviamente los dos estarán nerviosos, a menos que una de las partes esté completamente segura de que el otro muere por sus huesos, esto puede hacer que metamos la pata. Así que, toma nota, al menos para ir mentalmente preparado.
-La puntualidad y seriedad son indispensables, si se te atraviesan miembros de los 400 pueblos o maestros del SNTE, llámale a la Malcogida para:
a) cambiar el punto de encuentro,
b) decirle cuánto puedes tardar,
c) definitivamente cancelar el encuentro.
-Es importante que procures facilitarle las cosas en cuanto al transporte, ya sea que te ofrezcas a pasar por ella y ella determine el lugar (lo cortés no quita lo valiente), puede ser que ella establezca algún punto de encuentro. Si te portas como un caballero, eso te dará muchos puntos.
Si van en tu auto evita la música a todo volumen y manejar como microbusero con prisa (no, no es pleonasmo).
-Si quieres quedar bien, no lleves a la Malcogida a un restaurante exótico en donde no tienes ni idea cómo pronunciar los nombres de los platillos y menos aún cómo comerlos.
-Por muy moderna que sea la chica en cuestión, si tú invitas, tú pagas. No es que seamos aprovechadas, pero, ¿qué es eso de que la quieras llevar a un restaurante de lujo y a la hora de pedir la cuenta la dividas y le digas: “te toca de a 500, corazón”? Si no tienes lana, se creativo: llévala a una exposición al aire libre o, como bien decíamos en el Capítulo 1, a caminar por el parque.
-Evita hablar toda la noche de tus conquistas anteriores. De verdad, ninguna Malcogida con un poco de mundo se va a impresionar porque te hayas ligado a la Chiquis o la Florinda, y menos si te expresas de ellas como “vieja”... “La China era re jaladora. Esa vieja sí que sabía lo que era bueno”. Error imperdonable. Si a penas están rompiendo el hielo, es muy gandalla que comiences a hablar de sexo durante los primeros minutos de la conversación: “Y qué, ¿a ti te gusta arriba o abajo?”. Tsss... mal gusto. Seamos sinceros, existen personas a las que les gusta alardear de cuanto amorío o regodeo han tenido, pero en una primera cita informar al acompañante sobre ello no es un punto a favor si realmente tienes interés en la chica, no te hace mejor hombre o ser humano presentar tus estadísticas de besos, fajes, relaciones suicidas, grandes amores y encuentros carnales.
-Acuérdate de que existe más de un tema. “Yo he...” es divertido de vez en cuando, pero hablar de otras cosas no está mal. También fíjate en cómo preguntas las cosas, evita las charlas tipo entrevistas de trabajo: “¿Eres soltera o casada? ¿En dónde trabajas? ¿Cuál es tu salario después de todas las prestaciones, deducciones y demás –iones? ¿Eres bisexual? ¿Cuántos hermosos hijos ilegítimos tienes?” Flojera.
-Durante el transcurso de la noche se notará si existe o no química entre ustedes. Eso se siente. Es lógico y comprensible que al principio ambos estén incómodos, pero si con el pasar de los minutos los silencios se vuelven eternos... no es una buena señal. No fuerces las cosas. Olvídate de los chistes bobos o pelados y admite que por muy guapos que sean los dos, tal vez no exista una segunda cita (para torturas, ya tienes bastante con usar traje y corbata todos los días, ¿no?).
-Es importante que sepas que si no salió bien la cita no es que no sirvas como seductor o que la Malcogida sea una mamona. Existe la posibilidad de que simplemente no sean compatibles.
Y EN GENERAL...
*Evita tomar llamadas telefónicas mientras estás en la cita. Hazlo sólo si es urgente y se breve. Nada de “¿Qué pedo, guey, qué hay para mañana?... ¿A poco?... ¿A poco?.. ¡No mames!” y sigue, y sigue, y sigue...
*Por favor, esfuérzate un poco. Además de ir bañado y con desodorante, no está de más que te rasures bien, que te peines y que tu ropa esté limpia. Si te pones una discreta (dis-cre-ta) dotación de loción, es un plus. Repetimos, dis-cre-ta. No utilices tu fragancia para noquear a la Malcogida (no, no es una buena idea).
*No seas patán y trates de adherir tus labios a los de la mujer si ésta no lo desea, eso se percibe. De verdad, enviamos señales cuando nos atrae un hombre, por ejemplo: nos tocamos y jugamos con el cabello o sutilmente remojamos constantemente nuestros labios (argumentos no ficticios, antropólogos y psicólogos lo afirman), ¡Ojo no se trata de arrancar pelos o babear!
*Si le tomas la mano y la Malcogida no hace el mínimo esfuerzo para zafarse, no cantes victoria aún, con honestidad te decimos: Eso no significa nada.
*Es de muy mal gusto (además de arrogante, totalmente out y... nefasto) tratar con la punta del pie a los meseros y personal que trabaja en el lugar al que asisten. Una persona amable, sonriente y que toma en cuenta el trabajo de los prestadores de servicios es muy probable que anote puntos a su favor. Una Malcogida sabe bien que el del mesero, el de la cajera, el despachador de palomitas, el chef, el guardia de seguridad y hasta el del valet parking son trabajo dignos y que la gente trata de la misma forma en que le gustaría ser tratada.
*Por más buena que esté, evita mirarle el escote descaradamente. “¡Hey, mis ojos están acá arriba, amigo!” Es bueno piropearla, pero una cosa es decirle “Qué linda te ves hoy”, a “qué hermosas par de cosas tienes”. Y también evita mirar babeando a cuanta mujer pase delante de ti (aunque sea la mismísima Ninel Conde en bikini).
*Si optaron por ir al cine, no digas “pues la que tú quieras”. Mínimo checa la cartelera a través de Internet, así tendrás una vaga idea o podrás sugerir alguna película; de lo contrario el coraje al finalizar la función, que ella escogió, te lo tragas porque no tuviste el poder de decisión. Y ya que están dentro, por favor evita el manoseo... o el cuchicheo si la ves clavada con la película. Puede ser que la Malcogida en realidad esté disfrutando el filme.
*Tu acompañante seguramente querrá sentirse atendida, cuidada y hasta protegida. Es importante que si no estás interesado en algo más que sólo sexo, lo hagas saber. No decimos que lleves la bandera de “Sólo matrimonio se busca”. No. Tal vez quieres ver qué pasa, pero si tú ya estás seguro de que sólo buscas una noche de pasión... lo hagas evidente (sí, también aquí aplican todas las reglas anteriores. El querer tener one-night-stand o una aventura de una noche, no significa que hay de tratarla como si fuera prostituta).
*La desconsideración es muy desagradable y se puede oler a kilómetros. No se trata de "oírla" y fingir que te importa lo que dice la dama repitiendo sus dos últimas palabras. Ésto es súper obvio y si nos quedamos calladas es porque en nuestra cabeza el sujeto no vale la pena ni para hacerte la inteligente. Además, es muy probable que ese tipo de sujetos huyan a la primera que se te note que sabes más que él. No sólo nos fijamos en su cartera, en su coche o en su cerebro, muchas veces nos damos cuenta de virtudes que ustedes mismos no ven, o no quieren que veamos.
Las citas no son un campo de batalla, tampoco son un negocio, las citas son el inicio de algo que podría terminar en:
a) una noche de sexo,
b) amor,
c) noviazgo,
d) aventura,
e) matrimonio,
f) amistad,
g) fuck-buddie (amigos cariñosos)...
...y una lista interminable de términos. Las citas sirven para conocerse y para decir “sabes que yo quiero esto ¿y tu?”
Diviértete y se natural... se tú mismo. Si la Malcogida siente que estás cómodo, seguro ella terminará sintiéndose así. Piensa que ambos eligieron estar ahí, así que, al menos por ahora, tienes la bola de tu lado. ¡No lo eches a perder!
Ojo, que si ves que tu cita está coqueteándote, -se ríe de manera “distinta”, se toca mucho el cabello o se muerde el labios- puede ser que hayas pasado la primera prueba.
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