martes, 25 de agosto de 2009

Estar

¿Por qué estás conmigo?

¿Cuántas veces les han hecho esa pregunta o cuántas veces la han hecho? Quien la hace ¿qué intenta saber, descubrir o conocer?

Hace un par de semanas me lo preguntaron en dos ocasiones. Honestamente no supe qué contestar. Más bien, en la mente tenía toda una maraña de ideas y contradicciones: porque te quiero, porque me gustas, porque te admiro, por costumbre, porque descubro siempre algo nuevo en ti, contigo, sin ti, porque me conozco, porque… ¡Ay no sé. Estoy y ya!, y si no estuviera o me fuera, igual me preguntaría(s) por qué.

Responder no es difícil, aunque es más fácil quedarse callado(a). Quise que mi respuesta fuera espontánea y honesta sin tanto argumento vago. La pensé, la pensé y la pensé, aunque lo admito, me fui por el camino fácil.

Sucede que, a veces, uno se harta de explicar; ¡para qué tanto bla bla bla! Pero ¿el que calla otorga? Y todavía me pregunto qué quiere decir el silencio. Porque no es negación ni afirmación ¿es acaso un punto medio? Y si es ¿cómo es que estás a medias con alguien? De que se puede, ¡se puede! Entonces si no respondes, regresas la cuestión: ¿y tú, por qué estás conmigo?

Una de las cosas que el tiempo y la experiencia me han enseñado –¡qué anciana me leo!– es: disfrutar el estar en algún lugar con una o varias personas y sí, las miles de preguntas vienen después, ¡pero no en ese momento que es único (porque obviamente no habrá siquiera otro semejante)!; que si luego la estancia/presencia de alguien te hace ruido, pues ya es tu asunto.

Ya pasaron varios días y aunque no es una pregunta que me quite el sueño. Sinceramente, lo confieso, aún no sé qué decir (tengo miedo, tengo miedooo). Prefiero que todo fluya. Tengo respuestas concretas a otras incógnitas de mi vida –jajaja – y no para ésta, bah. Es normal –a mi edad–, pues pensaba que era algo parecido a un espécimen disipado – ¡oooh! – en las dudas existenciales o un ente en una realidad no labrada.



Y sigo, pensando en ¿por qué estoy contigo?




** Querido Blog, perdóname por no estar contigo. Sí, porque contigo no estoy debido a que en mi trabajito la ‘incomunicación’ es normal. Tengo correo e intranet, no more. No obstante, me dedico a pensar y medio escribir qué puedo dejar aquí.

4 comentarios:

Lata dijo...

Auch...

somos expertas en clavarnos...

Unknown dijo...

Mientras no te preguntes por qué estás contigo misma... ;-) La pregunta de la que hablas es de las que se hacen muchas veces sabiendo la respuesta, sólo para reafirmarse escuchándola de los labios del otro... Tiempo sin visitarte; un beso, amiga,
V.

MiKeL dijo...

Amiga mia tu ya lo dijiste somos adictos masoquistas a las relaciones imposibles jajaja, un abrazo...

Luna Nueva dijo...

Podria decirte muchas cosas pero sonaria demasiado ofensivo acá, ya las sabes, este post es sólo para justificarte ante ti por que sigues estando, hacernos creer q no importa q no sepas por q estas, sí ahí donde no debes,que las cosas solo deben pasar, no amiga puedes engañarte a ti misma, dejar q te negañen, pero no trates de engañarnos. Deja el caso ojos bonitos por tu bien.

TQM mensaaa.