miércoles, 24 de junio de 2009

Gajes del oficio

En este pueblo todo está cerca. Puedes llegar caminando a la placita, a la presidencia municipal, a las escuelas, al parque para correr. El lugar más lejos quizá esté a media hora –caminando –.

He bebido mucho café (de distintos tipos), a todas horas, mientras acá el tiempo transcurre lento, lento…


Ayer, cené unas bolitas de masa llamadas ‘corundas’. Las cubren con salsa roja, picosísima, y crema. Tenía la sensación de que comía chicharrones con chile, jaja.


La familia que me acoge –sobre todo Doña Hilda– quiere que me sienta como en mi casa; que tome lo que guste de la cocina, que caliente lo que se me antoje y como en esas estamos, igual ayer por la mañana, desperté con un hambre terrible.


Menú: mi chocolate-café orgánico que usualmente desayuno (sí, lo cargué); sopa de fideo, tres tortillas y una torta de pollo con mole verde. Digo, ¿han escuchado aquel dicho “desayuna como rey, come como príncipe y cena como mendigo”? Pues, aquí aplica y eso de ponerme diva con ‘mis colaciones’ es casa ajena ni al caso.


Hablé con mi mamá, por teléfono, y entre que cómo estoy, que qué tal el trabajo, que mi sobrina no recuerda a la ‘tía culeca’, etcétera, Doña progenitora dijo “por favor, no comas mucho…”, jajaja. Ay, madre, no en vano le doy 10 vueltas a una canchotota de fut, aunque ya parezco perrito con la lengua de fuera.


He escuchado conversaciones –ajenas– de todo tipo. Unas que dan para nototas de política y seguridad y con fuentes veraces; hasta pensé escribir una para un blog al que mi Ganso friend me invitó. Pero, por mi integridad, mejor no.


Permanezco acá una semana más. ¿Saben? Lo freak de la provincia es que todo lo cierran muy temprano, se duermen igual (nomás el sol les deja de iluminar y ya). Eso sí, la gente es muy amable y cuando menciono a la UNAM, uufff, si es orgullo para ellos, imaginen para mí.

sábado, 20 de junio de 2009

Dos semanas después...

(frase telenovelezca)

Uuuy no, aún no llego a ser chica Maxim y la operación denominada -por mi querida Niña Toluca- “Pontemamacita”va.

Ayer me tocó la ‘bicicleta de los castigados’. Es decir, la del instructor porque llegué cinco minutos tarde y ¡oh sorpresa! Mucha gente amaneció de buenas y quiso ser delgada.

Se ve raro desde las alturas; hay que ser un ejemplo mientras pedaleas, así que ni te pares y sé fuerte. Resiste. Si duele (¿aguántate?) está funcionando, jaja.

Dos semanas después…

Ya no tengo trabajo (vaya no al menos el último que tenía con jefa Lata). Pero sí uno más académico que acepté luego de negociaciones, je, que mejor dicho, parecieron ruegos/plegarias/suplicas e incluye algo así como un VTP no muy lejos.

Serán pocos días, espero, si encuentro a las personas con quienes conversaré. Sino a buscar e investigar que este proyecto debe estar resuelto así de ay bárbaro, qué bruto, en tres semanas.

Estoy harto emocionada pues el lugar al que voy hace como 19 años que lo pisé por última vez. Iba con mi papá y creo comimos tacos de carnitas. ¡Vaya, quién diría que ahora, andaré por trabajo periodístico!

Tengo muchas expectativas. No sé qué tan bueno sea eso ni me importa. Lo que quiero decir es que, a mí me agrada hablar con la gente con el propósito de indagar, obtener información y datos interesantes sobre tal o cual tema, me gusta la calidez humana y que las personas te den su confianza mientras les escuchas.

Eso me ha sucedido varias veces –umm, si les contara–. Por ejemplo, ¿recuerdan al Ingeniero Olea, el señor de daba el reporte vial desde el helicóptero cuando aún existía Monitor con Gutiérrez Vivó?

Pues con él hablé para mi abandonado reportaje de titulación. Como en ese tiempo ya no volaba, quedamos de encontrarnos luego de la conferencia mañanera del Peje, en las oficinas del GDF.

Por comodidad para ambos, fuimos a su casa. Tuvimos una plática realmente exquisita. Me interesaba conocer la trayectoria del Ingeniero así como los inicios del reporte vial en la ciudad de México.

No sólo de eso supe, sino también de la vida personal, académica y familiar de ese amable señor, que si fue en la primaria con el ex procurador Bátiz, de cómo ayudó en el temblor de 1985, de cuál es la percepción de otros compañeros reporteros y al final, sin esperarlo ni pedirlo, el Ingeniero Olea me mostró objetos muy personales, fotos de sus hijas… ¡Increíble! Y eso, eso sólo se agradece y guarda en la memoria.

Además, su esposa fue tan amable que incluso luego terminamos la conversa los tres.

Algo así, semejante, es lo que quiero hallar, aunque me dijeron que puede haber uno que otro roce burocrático y sobre todo local/costumbrista, porque en provincia –y todavía más en mi destino– la gente conserva ideas muy arraigadas.

No obstante, eso no me desanima. Creo, más bien, que es cuestión de tolerancia y respeto. No iré a cambiar e imponer ideas. Voy a escuchar, buscar, observar, convivir e incluso a hacer ejercicio –porque no pienso, ni aun lejos, olvidarme de las calorías y el sudor, jaja. Sé que hay un parque cerca en el cual correré, mínimo –. No es vanidad, hasta mi médico reconoce el esfuerzo y ya para que el –alemán especialito- lo diga, ufff.

Ya regreso…

lunes, 1 de junio de 2009

¡Di no al puercazo!

Estoy madreada (pude haber dicho ‘estoy out’, pero es como muy fresa), cansada vaya; he dicho “NO - BASTA del puercazo”. Ya llevo un mes en el spinning. Tres veces por semana, una hora por las noches.

Por ahí de la segunda semana, le eché más ganas con unas resistencias en los pies. Claro que cuido lo que como, ¿dieta? ¿Qué es eso? Nomás hago que el pan y las galletitas no existen –snif snif–, las tortillas son necesarias; y tomo agüita

Por cierto estoy en contra de que para hidratarnos cada sesión compres botellas de agua… ¿Tanto fregado PET a dónde para o qué coleccionan plásticos? Yo no contamino, contribuyo a la preservación del medio ambiente y lleno mi vaso para cada clase, ja.

Los efectos de tanto pedalear comienzan a notarse, leves, ¡me agrado! Las piernas adelgazan y como no quiero el titulo de ‘Miss Michelin’, a partir de hoy la rutina cambió. Más intensa, un esfuercito mayor y si no, como dice la oración que la instructora tiene en la pared:

Dios mío, si no adelgazo que mis amigas engorden, por favor. Gracias.

No es cierto, no se los deseo, amig@s. En realidad, he decidido que ya es justo –y por qué no, un reto– darle a los pedales diario. Incluso cambié el horario, madrugaré a las 05:45.

Además de que mínimo –porque no aguanto sin el estómago vacío­– necesito una manzana o jugo previo, y andemos.

Ah, no les he dicho que el lugar a donde voy es bien inspirador, jejeje. Verán, a pesar de que es pequeño y sólo hay 12 bicis, aparte la de la instructora, tiene luces tipo neón (azules o moradas, no se bien) y hay estrellas de pintura fosforescente en las paredes.

Entonces, imaginen que se ve acá entre psicodélico y de table dance, pero no de Tultitlán, jajaja, ni vulgarzote. Hasta relaja e inspira para pedalear con ritmo, intenso. Cuando así debe de ser, cierro los ojos, porque, en serio, al inicio si los abría me entraba un ataque de risa no sé por qué. Ya mejor decidí que no los abro. Claro no todo el tiempo, sólo cuando pedaleas fuera del asiento y con velocidad.

(Traigo tremendo moretón –y se nota aún más porque tengo las piernas entre blancas y amarillas-pollo–, pues el viernes saqué o se me salió el pie izquierdo y ¡madreeees! Descontrol, que mi rodilla derecha azota contra un fierrillo.)

Ahorita (10:25) ya tengo sueño, ¡aaarg! Supongo que será cuestión más que de costumbre –pues si en algo no encajo es la monotonía– de disciplina; de que me acueste temprano y no pierda el tiempo en facebook y su granjita; que siga comiendo cinco veces al día, que me dedique más a trabajar y menos a distracciones, etc., etc… Y a darle, que las crisis no son nada más económicas, sino también corporales, poco.