sábado, 27 de diciembre de 2008

Australia

I

Soñé que me ‘enamoraba’ de mi maestro de ‘meditación. O sea, yo ni medito, por lo menos no en clase de ‘David’. Sí, es que así se llamaba el profe, quien además tenía ojos verdosos y era judío y luego me quedaba chimuela, sin un colmillo que estaba hueco y traía la etiqueta –en color rosa– de una revista femenina.

‘David’ era la onda con todos sus alumnos que resultaron ser mis compañeros de la secu, entre quienes estaba El Calabazo. Un cuate que pss sí medio me gustaba –en la vida real, hace ya unos diez y algo de años–, pero que también era asediado por mi mejor amiga, la Jackie.

Entonces que la Jackie, en el sueño, ahí iba de jodona con El Cala y que yo me enojaba, aunque ya luego me valía porque yo no llegaba a tiempo a la clase de David.

II

Ya vi AUSTRALIA. Realmente, no venía a escribir mi sueño, sino a ¿decir? esto.

Fui en Navidá. Sí, el jueves pasado; es que desde que vi los cortos, pensé que el día del estreno iría y como también me llegó por correo un boletín de una empresa, A.C o yo que sé que sea que promueve la aussie land, y el cine me queda a una cuadra-tres minutos de casa…

El ice de uva y las palomitas con caramelo (medianas) duraron justo los 168 minutos que dura la peli. No vengo a reseñar ni a criticar el filme, pues no tengo experiencia ni es mi intención, para ello compren Cine Premiere o guguléenla o píquenle
acá.

La verdad pensé que la cinta nos ofrecería más vistas-paisajes-escapes de la tierra Oz, quizá Ayer’s Rock también conocido como Ulurú, fue mínimo. No importa, las escenas en donde aparece el inmenso desierto australiano me hicieron llorar, híjole, es que me acordé de M. y sentí nostalgia.

Muchas veces M. me habló de esas tierras, de sus costumbres, de la gente, de los más de 40°C que tiene durante todo el año y por lo que hasta tres veces al día se bañan, que los australianos comen mucha carne, que la infidelidad es típica en América Latina, no en su país; de Melbourne, de Sydney, de la Trobe University, del trabajo de su padres, de su hermano…

Otro cuate, quien vivió mucho tiempo con una australiana aquí, dice que Australia está lejos del resto del mundo. Su calidad de vida, sin duda, es ideal; sin embargo, para ir de ciudad en ciudad a fuerza debes viajar en avión, nada de que ‘vamonos en el carro’ como los mexicanos solemos pueblear. Allá las distancias entre pueblos son enormes, y estos no tienen más de 50 habitantes, quienes en su mayoría son aborígenes.

Y un Don –entiéndase señor-viejo-ruco–, quien también vivió en Australia hace años, regresó a México y después volvió por negocios, dice que los australianos blancos son racistas y se justifican al decir que son ‘tolerantes’.

Me comentó que hace más de 40 o 50 años, el gobierno aussie permitió una prueba nuclear en el desierto, a pesar de que sabían que en el lugar donde fue realizada vivían grupos aborígenes y que eso o lo de las ‘generaciones perdidas’, prefieren no mostrarlo al mundo porque entonces Australia no es tan perfecta como parece.

No me quedo con ninguna versión. Sólo espero tener tiempo, vida, energía y dinero para hacer el outback y adentrarme al Corazón muerto de la tierra de M.

No quiero ponerme chillona. Mejor, les dejo muchos besos y abrazos para despedir al 2008, cántenle ‘yo no olvido el año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas…’


III

Lista –mínima por no más extensión– de sucesos destacables del año:

1. Conocer a
Lata , a Ross y reencontrar a Reyna
2. Conocer a la Nats; integración de las sritas Mal cogidas.
3. Conocer al Maestro trepador, instructor de técnicas no tan infalibles, viajar con él y la Reynis a la Lataparty.
4. Haber entrado al taller de redacción del periódico X. había sido un gran reto desde que salí de la Facultad, ¡lo logré!.
5. Reencontrar a M., a pesar de todo.
6. Hacer locuras con la chica A.

En el Mercado de San Juan

Conocí el famosísimo Mercado de San Juan, de día, el pasado lunes. Sí, es que ya lo había pisado, pero de madrugada (hace mucho, muchísimo tiempo cuando me dejaron una tarea para mi taller de prensa, fui con el reportero nocturno de Formato 21 y un conato de incendió se suscitó ahí).

No tenia idea de que es un lugar único a nivel mundial y Latinoamérica, según la información que he hallado en diferentes periódicos a través de la red, porque encuentras desde hierbas finas, condimentos provenientes de otros países, así como quesos, verduras, carnes rojas, de aves, pescado hasta de cocodrilo, por ejemplo; verduras de color y forma extrañas.


Saben que mi espíritu culinario ha emergido, entonces lo que me llevo al mercado, ubicado en Ernesto Pugibet, al cruce con Ayuntamiento, en la colonia Centro, fue la búsqueda de ajinomoto, sazonador utilizado tanto en la gastronomía china como japonesa.

Encontré una tienda, casi junto al mercado, de productos chinos –creo– en donde hay gran variedad de salsas de soya, tofu, sushi preparado, diferentes tipos de arroz, pastas y más productos que desconozco.

El dueño del lugar es chino o japonés –bah, debí de haberle preguntado– fue muy amable, dijo que no se me ocurra usar en ajinomoto como sal, pues éste sólo da un sabor ligero a los platillos.

Cuando le pregunté por la ‘salsa inglesa japonesa’, contestó que esa no existe. Argumenté que el chef de Japón de que dio la receta –en Once TV– así especificó y Don dueño respondió “Recetas engañar. Salsa inglesa japonesa no existir. Nosotros cocinar con salsa de soya de muchos sabores. Mi esposa enseñar a cocinar cuando haya más tiempo”.

Compré mi sazonador –que por cierto es harto para la pizquita que usaré, si gustan les regalo–, arroz integral y tofu.

Luego en el mercado, encontré los chicharos japoneses, jitomates cherry (¿para qué? Pues a ver qué se me ocurría), un poco de curry y otro tanto de hierbas finas -éstas huelen delicioso-.

En un puesto vi las lechugas más hermosas, verdes, con y sin hoyos, moraditas, extravagantes y raras que he visto en toda mi vida. ¡Qué lindos son los elotes baby así al natural! Los de frasco me dan asco y, el cebollín fresco parece pasto de caricatura; las zanahorias baby y los espárragos son como accesorios de la cocinita Combo.

¡Ay los pavos! Bueno, ahí sí son más guajolotes desplumados. Todavía les escurre el moco ¿o alguien sabe cómo se llama ese pellejo que les cuelga a estos?

Y qué decir de las cerezas color carmín ¡wow! Todo lucía tan lindo, tan extraordinario.

Aquí una muestra de lo improvisado: Lechuga italiana con jitomatitos, gajos de toronja, tofu y fajitas de pollo a la vinagreta.



Lo dicen expertos "la cocina es un arte, no una ciencia" y agregaría lo que la chef Thelma Morgan dice "compártelo con quien amas".

viernes, 19 de diciembre de 2008

Fin de año... fin de historias.

Como algunos saben –y si no, pues ahora se enterarán– la revista en la que colaboré dos años dos meses cerró hace tres semanas. Números rojos en la editorial y producto poco rentable, supe extraoficialmente.

Y sí, lloré. Fue inevitable la tristeza. No es tan feo como cuando te corren (y miren que ya viví un despido), pero no deja de ser angustiante, aún peor en pleno diciembre y todavía más cuando se trabaja por honorarios.

Lo bueno, es que no tengo hijos ni familia que mantener. Lo malo, va desde que te quedas sin dinero hasta que el material de ex próximas ediciones quedó ahí, en la memoria de una máquina o en tu escritorio.

Ante la crisis financiera global y los poco días que le quedan al año me dije “Ya, basta de angustiarte. Esto es quizá una señal de que debes cerrar ciclos profesionales, personales y académicos. Disfruta lo que resta del 2008 con lo que tienes y con quienes estés, en enero te aplicas o te aplicas…”.

Así lo he hecho. Funciona. Traigo un espíritu navideño a todo lo que da; casi todos los adornitos de la época los he puesto yo, he cosido una que otra figura en fieltro (eso de unir chaquiras y lentejuelas es terapéutico, inhalas-exhalas, aunque luego el dolor de manos cala), incluso acompañé a Mamá maestra a su clases de pintura, porque entre ambas elaboraríamos un pie de árbol. Pero como ella tiene multiples ocupaciones políticosociales, sólo un par de manos pintan-pintan, en dos días ya casi llevo más de media obra artística.

Pinto–canto. Canto–pinto. Cocino– coso… y recuerdo, recuerdo mucho, a muchos, conocidos y desconocidos; escucho las noticias. Reflexiono en la pena de muerte, los secuestros, el narcotráfico, en Silvia Vargas, en los chavos que murieron en el New’s Divine, en Juan Camilo, en tanto y tantos.

El otro día, escuché que el Partido Social Demócrata (PSD) pide la legalización de la droga, porque el narcotráfico no se combate declarando la guerra y entonces ¿cómo?

Ya no entendí, ¿el Estado sí pudo legalizar el aborto? ¿Podría legitimar el uso de drogas, pero no la pena de muerte hacia quienes privan de la libertad y la vida a otras personas? Que porque México firmó un pacto para abolir este acto y hace ya 47 años ocurrió la última condena…

No sé si como dice Arnoldo Kraus, legalizar la pena de muerte, envilecería a México. Igual daña la droga como dañan los secuestradores y a veces asesinos ¿no? ¿Existe algo menos peor entre lo uno u otro?

lunes, 8 de diciembre de 2008

Domingo culinario, de mercado.



Fui al mercadito ayer en búsqueda de champiñones, poro y flores de calabaza para preparar una deliciosa sopa, la cual no sólo tenía en mente, sino que era casi una obsesión, para el menú dominical.

Encontré todos los ingredientes, de paso una lechuga italiana hermosa, fresca, verde –que te quiero verde– y barata que probablemente sirva para sándwiches o una ensalada con espinacas roseada con suspiros de vinagre balsámico, aceite de oliva y pimienta.

Me alcanzó para germen de soya y brócoli, con los que prepararé un platillito japonés.

Compré fresas, porque dentro de unas horas (son las 01:30 horas) desayunaré jugo de naranja con fresas.

Esto de ser ‘ama de casa’ es agradable, estresante, complejo, angustiante, tiene pros y contras que van desde la administración del gasto hasta que el menú semanal le guste a toda la familia o combatir a los melindrosos.

Me agrada la cocina, en ella soy muy metódica; debo tener todo a la mano, sigo el a-b-c de Cocina fácil o el paso a paso del Gran recetario de la cocina mexicana o los menús del Canal 11.

Ayer me sorprendió ver champiñones enormes, en todos los puestos y ¡no me servían! Debían ser pequeños para la sopa (ven soy m e t ó d i c a). Busqué, busqué, finalmente encontré, aunque los escogí; ya había comprado otros hongotes, pero mejor los reservo.

Me duelen las manos, los dedos, de verdad. Eso de limpia-lava pollo (¡ah, porque eso de usar knorr suiza es de mujeres flojas. Le resta amor y sabor a la comida!) es un show al igual que pica esto, pica lo otro, reserva, licua, ya hierve aquello, baja el fuego, sólo cinco minutos, que no se pegué, cuidado porque se quema, ¡pfffff, ahora comprendo a quienes están 24 horas al servicio de la casa e hijos, omitamos lo del ‘marido’!

Dice Mamá maestra que cuando el arroz rojo te queda esponjadito, no batido ni crudo y con la sazón exacta, ya te puedes casar. ¡Eso qué! A mí ya me sale, pero desde que me dijo eso, prefiero cocinarlo sólo blanco y con verduritas.

Me siento, Tita (nomás cuando cocina), personaje interpretado por Lumi Cavazos, en Como agua para chocolate. Ay, y mi madre, a veces, sí se parece a Regina Torné en esa peli, así mala-mala-malota.

Ya me voy, sino me dará hambre y es de madrugada, ¡bah! Nomás vean qué champiñonzotes, jajaja.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Tú, la Navidad...

La mañana de ayer, terminé de colocar mi arbolito de Navidad luego de algunos desacuerdos con Mamá maestra por cómo colocar una tira. Esferas, estrellas y botitas tanto rojas como doradas, estos colores me agradan; son pues como que los representativos de la época, pienso.

Todavía nos faltan adornos, dulces, toalleros, juegos de baño, el reno de madera –que de no sé dónde trajo mi má–, el nacimiento, entre otros detalles que colocaré sola y cuando la señora de la casa regrese de un viajecín al rancho.

Antes de desempolvar el árbol, limpié casa y vidrios, cambié cortinas, sacudí y moví muebles.

Entre tanta movedera, también el estudio ya necesitaba arreglo. Entonces ahí va esta Ordinaria a quitar más polvito, revisar y tirar 20 mil post its, acomodar revistas, libros, limpiar compus y escritorio; abrir el archivero para acomodar hartos papeles y ¡Ohh sopresa… una Tú* del 2000!

No, no, nooo!!! Hace ocho años, era yo una puberta de escasos 16 o 17 años. Desde que estaba en la secu compraba mi y era de ley que rolaba el salón o en bolita hacíamos los tests, aunque no teníamos novio (o sea, que eran meras suposiciones de qué harías sí Pepito te cortaba) ni nos comprábamos ropa de Nicholas, pffff –chale, sí o más hueca nuestra vida–.

Justo hace unos tres días, platicaba con la Hannita, quien es dos años menor que su servilleta, de cuando fuimos fans de la y que actualmente nos decimos a nosotras mismas “¡qué leías, mi reina!”.

Ahora, Hannah ocupa sus viejas Tú’s para las tareas de sus niños, mientras las pocas que conservo, creo que están debajo de algún colchón. Supongo que el resto las regalé.

Y con evocar a la , también nos acordamos de las canciones poperas tales como Pepe de Jeans –¿por fin dejaron de existir o siguen con los refritos de Daniela Romo? –, de Lynda y sus mochilas de peluche; de Lytzi, Kabah, Enrique Iglesias con aspecto mugrosón y su suetercito –jajaja–…

¿Qué me dicen de los famosísimos piojitos? Sí, esas figuritas multicolores que nos decoraban la cabeza, a las niñas claro. Los recuerdo vagamente.

Además, Hannah dice que todo debía combinarse con zapatos de color negro, ¿eh? Lo que sí tengo en mente, eran unas “botas” como de tela o lona con la punta y taconcito de plástico.

Uhmm… ¿y qué había en la tele por aquellos días? Aaay, Dawson’s Creek con la cancioncita de Kiss me –jojojo, la cual tengo como timbre en mi cel– ¿otra series?

Ya estoy, ya estamos rufles.

La continúa existiendo. Sobrevive, es más ¿sabían que, por ejemplo, en Monterrey editan ésta revista muy a la regia? Yo no. Hace tiempo conocí a quien fue hace ocho años la directora editorial de y hoy por hoy es la editora de Harper’s Bazaar (algún día, cuando sea grande ^^... Yo también).

Como dice la canción de Arjona “¿quién diría, quién diría que son años la la la…?”


Ya estoy, ya estamos rufles y si pudiera volver a tener 15 años, los tendría. No lo dudaría, nomás por la dicha de la juventú. Quizá compraría la y 10 años después recordaría entre diversión y añoranza esos días.






*sobrentiéndase la revista para adolescentes, editada por Televisa.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Frío

Mi mano derecha está fría. Hace mucho frío, no me gusta porque me pone triste, más todavía.

Mi mano izquierda tiembla. Estoy triste, estoy sola –no hay nadie en casa– y quiero llorar y quiero que ya sea primavera, pero que el tiempo se detenga para saltar los 25, evadirlos pues.

No me simpatiza el invierno y nací en él.

Ha llegado un e-mail de M. y sentí nostalgia y presión y cosquilleo del pecho hacia los brazos y estoy afligida y el clima no ayuda. Dice poco, casi nada.

M., también espero saber pronto de ti. Para cuando eso suceda, ojalá ya no haga frío ni aquí ni allá.

Hace frío y con éste llegó además la lúgubre noticia de que Crecer terminó. Sólo le tocaron dos meses de bajas temperaturas. Extrañaré escribir para ti, dejas tarea en mi escritorio. Creí en ti y creíste en mí.

Ni modo, es de noche y hace frío.

martes, 25 de noviembre de 2008

La historia de María

María murió hace nueve meses, a los 50 años de edad. Tenía cáncer de colón, a pesar del tratamiento anticancerígeno no sobrevivió. El cáncer había invadido otros órganos.

Ni los medicamentos ni las quimioterapias y radioterapias lograron destruir el dolor que María tuvo, no en el cuerpo, sino en el alma, ¿por qué? ¿Cómo…no entiendes?

A ella no la mató el cáncer, sino los golpes, el maltrato, el abandono, tal vez la indiferencia, quizá su sumisión. María se ahogó en el silencio mientras la violencia, en casa, la aniquiló.

Un día, decidió acudir el médico, pues ya no podía con la inmensa tristeza que sentía. Además tenía sangrados anales y vaginales constantes que no controlaba con nada. Recibió un tratamiento con el cual no mejoró ni empeoró físicamente. No obstante, María quería morir.

¿Y cómo no desearlo, tras más de 20 años de vivir junto a un alcohólico, quien la golpeaba si la comida no le gustaba o si ella trataba de defender a sus hijos o si ella visitaba a sus padres sin consentimiento de él?

María tuvo la esperanza de que algún día, él cambiara. Nunca sucedió. Durante esa espera, ella vio cómo sus hijos mayores optaron por formar una familia (era la opción más inmediata, no sé ni calificaré de “sencilla”) para dejar atrás los golpes de su padre.
María aún se quedaría con su hija la menor, Verónica, quien ahora con tan sólo nueve años de edad, no lo expresa, pero sabe qué significa haber perdido a su madre, no comer sopa caliente, no llevar la tarea completa y estar sola.

Sola como muchas veces María se sintió, sin saber y comprender que era todo lo contrario. Sin saber que ella era –quizá– la número 67 de cada 100 mujeres que en México, de acuerdo con el Instituto Nacional de las Mujeres, son víctimas de la violencia y que la forma más frecuente de ser violentadas, es por parte de la pareja.

María en sus últimos días confesó, a sus hermanos, “pensé que ustedes no me iban a apoyar”.

Víctima de violencia física, psicológica, económica y patrimonial, María ignoraba que existe el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Tal vez, si todavía viviera, hoy sabría que se le celebra y hoy ésta no sería su historia.

A María la venció la violencia. Lejos de ser vista como un ser humano y mujer con derechos, fue vista como un objeto, algo/alguien que no tenía derecho a decidir.

Hoy, ¿de qué le sirven a María las misas cada mes en su memoria? ¿Para qué le sirve el “arrepentimiento” de su pareja? Y ¿de que servirán dos mil millones de pesos, del presupuesto al País, si realmente no tomamos conciencia de este problema?

Un asunto que es en palabras de la directora de Fundación Pro Ayuda a la Mujer, Mercedes Vallenilla, “un problema […] que lo viven 7 de cada 10 mujeres. Es el problema que vive la mujer mexicana, no es el cáncer de mama, pero todo el mundo cree que son otros problemas, lo que pasa es que no queremos hablar de ese tema”.

Como la historia de María, sin duda hay muchas más. Pero ésta la escribo porque María era mi tía, la hermana menor de Mamá maestra y porque estoy segura de que a través de redes de apoyo a las mujeres y la comprensión tanto de hombres como mujeres al respecto, éste disminuirá.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Del CCH y otras cosas

Ayer recordé mis tiempos CCHceros e inevitablemente mis ojillos se humedecieron.

Durante el trayecto de regreso a casa luego de una entrevista que realicé (pronto post al respecto de
Fundación Origen), pasé a través de Periférico Norte y el cruce de la Vía Gustavo Baz. Ahí, en la parada estaban muchos adolescentes, estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades –CCH– Naucalpan, en espera del pecero.

Entonces caí en la cuenta de que hace 10 años, conocí a Liz. Mi amiga la que venía desde Zumpango; a quien todo el salón la odio por inteligente y siempre participativa; la que llevaba tres tortas porque salía a las 05:00 horas de su casa para llegar a tiempo.

Al terminar las clases, nos quedábamos Liz, Saray, Ivette y yo a hacer la tarea en la biblioteca y los policías siempre nos corrían porque todo el tiempo nos reíamos y decían que ese espacio no era mercado.


Los maestros también nos alucinaban. La maestra –muy enferma– que nos dio historia universal antes de iniciar la clase, decía “Choreño (apellido de Liz) cambiate de lugar. No las quiero juntas porque hablan y hablan…”; la profe de química nos soportaba más a fuerza que de ganas. Con ella rompimos un tubo de ensayo, pura risa nos causó y psss que se enoja la QFB (Química Farmacéutica Bióloga), cuyo nombre si mal no recuerdo es Carolina.

Tampoco nos quería, pero le demostramos los fregonas que podíamos ser con un trabajo sobre el agua. A todos los equipos les devolvió su investigación, cuando le pedimos el nuestro, lo tomó y dijo “este me lo quedo. Fue el mejor y más creativo”. Ni qué decir, sin palabras.

¡¡¡Aaaaaaah y la Huelga del 99, cuando Barnés de Castro era el Rector!!! Sí me tocó y tomé clases extramuros. Una mañana llegamos y el CGH (Consejo General de Huelga) ya había cerrado la escuela. Así la mantuvieron casi ocho meses.

Algunos tíos me decían que mejor entrara a otra escuela –privada–, una tía me ofreció su casa en Toluca si optaba por una preparatoria allá. Pero ¡noooooo! No quería abandonar, más que la escuela o el lugar, lo que la Universidad representa. Sino pregunten a otros, que como yo, han tenido la oportunidad de estar en esta enorme institución.

Cuando escuchas “UNAM”, la mente te remite a un equipo de fútbol, a CU, a la Rectoría, a las Islas, al Centro Cultural Universitario, a la Biblioteca Central, a los institutos de investigación, al canal universitario, a los Nóbeles egresados de la Máxima Casa de Estudios; a la magnífica Gloria Contreras, a la lucha, las utopías, las ideas por las que han trabajado y han dado grandes personajes del País … A tanto, que aun después de tres años de haber egresado, no termino de conocer.

Sin embargo, me desvié un poco del tema, el CCH nos cambia la vida, para bien o mal, pero la cambia. Su sistema de enseñanza es diferente que el de la ENP (Escuela Nacional Preparatoria), en el CCH –aunque es motivo de risa– el mobiliario, por ejemplo, es de mesitas y sillitas como en un jardín de niños, no es una banca con la paleta sobre la cual escribes.

Mi CCH, dicen, es el más grande o ahí se la lleva con el Sur. En mi CCH subesbajassubes porque como que está construido sobre un cerro, jejeje.

En mi CCH conocí a mis grandes amigas, con quienes a pesar del tiempo y del contexto que cada una escogió, mantenemos contacto. Liz es abogada y con mención honorífica de la mérita Facultad de Derecho.

Ahí, en el Naucalpan, también conocí al Cuartel: Jessica, Tania y Sandra, ingeniera en alimentos, diseñadora gráfica-fotógrafa y contadora, respectivamente. Con ellas, durante el último año del colegio, hice un diario colectivo, el cual se rolaba diariamente o si la clase estaba poco interesante, mejor escribías en la “Bitácora”.

Una bitácora conformada por cuatro cuadernos, con anécdotas, recaditos, monitos, posters, anécdotas en rosa-azul-morado-verde; canciones, hombres desnudos, fotos, retratos, disculpas luego de discutir y por supuesto, el comentario del metiche que se sorprendía de nuestra paciencia y compromiso por cargar la megabiblia siempre.

Eso es y significa para mí el Colegio de Ciencias y Humanidades. Por esto es que añoré esos viejos tiempos. Ayer fue un reencuentro con sitios que creía olvidados.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Cual naca fan de Peña Nieto...

Sí, le tomé fotos.

Mamá maestra me pidió que le acompañara a la capital mexiquense, a una ceremonia del ISSEMYM (instituto de Seguridad Social y Municipios del Estado de México), la versión pues del IMSS nomás que en territorio de Enrique Peña Nieto, quien, me parece, debería llevar el titulo de “gober precioso” y no Mario Marín, ¡uuuch!, el jueves pasado.

Como –miembro– jubilada por esta institución mamá maestra asistió con otras compañeras, igual maestras. No era obligatorio, al contrario, les pagan el autobús y dan luch (sanwich de jamón, jarrito pa’tomar y una naranja).

Sin embargo, salir de los municipios conurbados del Edo. Méx., a las 07:00 horas, hacia cualquier punto del Defé, es terrible. Si te va bien, unos 120 minutos de camino te avientas, sino, bah…perdiste tu valioso tiempo.

Llegar a Toluca nos tomó casi tres horas. Pensamos que la ceremonia apenas comenzaba con la presencia de Peña Nieto, y ¿qué creen? Psss que no, ya los bailes, cantos, poesías, recitales –lo que haya habido– habían sido desde muy temprano y que el Gobernador llegó a la clausura.

El auditorio aquel, del cual no recuerdo el nombre, estaba llenísimo. Hasta la mother de jubilados, no sé si maestros todos, pero sí de gente que trabajo al servicio del Magisterios estatal o en la administración pública.

Escuché el discurso de todas las autoridades ahí presentes. Vi el corralito pa’los de prensa e ilusionada pensé que por ahí podría andar mi amiga la Niña Toluca, mas naaa.

Ya cuando habló el amigo de la Gaviota (quien no entienda quién es, ahí me dice ¿vale?), yo estaba sentadota –en el suelo– y pensé “ahí está su nota, compañeritos” cuando él dijo que gestionaría y haría lo posible para ayudarles con una compensación económica. ¿Mááás? Bueee, no les va mal, pero si lo hace será hasta que llegue a los Pinoles, igual se le olvida, no sé.

La celebración concluyó y las fans de Peña Nieto, ni tardas ni perezosas, esperaron a que saliera. ¡¡Aaay ternuritas!! Y de verdad, escuché “pues que valga la pena haber venido, mínimo un taco de ojo”.


Ni está tan guapo, se ha desmejorado.

Lo entrevisté durante su campaña, hace como tres años. Sus babitas me tocaron, jajaja, y bien amable me ayudó a caminar junto a él porque los monigotes que lo cuidaban no me daban paso.




Ahí nomás pa’despedirme, cómo ven que conocí a un ingeniero jubilado de CFE (Comisión Federal de Electricidad), en el evento ese, me platicó que percibe 24 mil pesotes al mes, además de los ocho mil varotes que el IMSS le da. No dudo que los merezca, ya trabajó un chingo, pero no conozco a nadie que gane actualmente esa cantidad.

jueves, 6 de noviembre de 2008

¿Casualidad o destino?

El pasado martes, poco antes de las 19:00 horas, estaba con mis papás y otros familiares en Valle de Bravo. Era un día de campo ameno, fresco.

Cuando el sol comenzó a ocultarse, le pedí a uno de mis primos que camináramos, contestó que no pues estaba cansado; así que decidí andar por ahí, sola, en el campo. Tomar algunas imágenes, respirar profundo y pensar en lo que ha sido y no posible estos últimos meses de la vida.

Nunca imaginé que mientras intentaba olvidarme de todo y desconectar mi cabeza de la información, en el DF, una tragedia ocurría: el Secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, junto con miembros de la dependencia que el dirigía y José Luis Santiago Vasconcelos, Secretario Técnico para la Aplicación de las Reformas de Seguridad y Justicia Penal, murieron cuando el jet en el que viajaban chocó contra un edificio y posteriormente se incendió, al cruce de la Av. Paseo de la Reforma con Periférico.

Cuando llegamos a casa de mis tíos, comencé a ver diferentes noticiarios. Emisiones gringas y hasta venezolanas ya daban cuenta de lo ocurrido en la ciudad de México; no era pues cualquier avión ni cualquier cristiano muerto.

Creo que nadie, de las personas con quienes veía la televisión, daba crédito. Dudamos y comenzaron –entre los primos y tíos– los supuestos de qué y quiénes podrían haber hecho algo así.

Yo, la verdad, les he de confesar que pensé en lo joven que era Mouriño (36 años de edad); recordé cuando en este año, él fue portada para la revista Quién, en la que entre tanta frivolidad hablaba desde el origen del titular de SEGOB hasta de su rol como padre de tres niños.

Me estremeció la noticia y en ese momento, aunque parezca increíble, le dije a mis papás “por algo, no nos fuimos hoy; ya ven por qué nos quedamos”. Sí porque nuestra visita a Valle de Bravo era relámpago; habíamos planeado regresar el martes.

La hora en que hubiéramos pasado por donde el lugar del accidente, era la hora en que esto sucedió.

Sin embargo, el martes por la mañana cuando mi mamá llevaba bolsas y mi maletita al carro, mi papá hizo un gesto de cuan a gusto estaban tanto él como mi sobrina jugando con los perros, así que mejor nos quedamos.

La noche del martes, luego de que Marcelo Ebrard dio a conocer los nombres de las personas que viajaban en el jet, me hizo ruido uno de estos: Norma Angélica Díaz, ‘jefa de información’, según dijo el Jefe de Gobierno de la ciudad.

Ayer muy temprano, el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, en conferencia de prensa, reiteró los nombres de quienes fallecieron y nuevamente el de esta chica. Entonces le dije a mi mamá “yo la conocí. No maches, má, nadie merece morir así”.
Mi madre pensó que yo bromeaba, respondió
–no creo, igual la confundes–
–Sí la conocí. Estoy segura, ella trabaja con Miguel el que fue mi jefe en Gober– contesté estremecida.

Efectivamente era la misma Angélica que conocí. Bajita, con anteojos y amable que traté más o menos bien cuando intenté hacer mi servicio social en esa dependencia.

La recuerdo en los pasillos o cuando me dio la bienvenida e igual cuando la vi después, al visitar a Miguel.

No sé qué decir, qué más expresar a todas y cada unas de las personas víctimas del accidente, a aquellas que transitaban a pie y en sus vehículos por ahí, a ellas sin deberla ni temerla estaban quizá en el momento incorrecto y lugar erroneo.

He leído en algunos blogs, que ni si quiera vale la pena mencionar, líneas de indiferencia, con el argumento de la política nacional es detestable que psss ya qué más da la muerte de uno otro.

Ésta apatía e indiferencia es igual o peor de detestable y nos debería de avergonzar.

En otras páginas se afirman hechos que ni siquiera nos constan,
un asesinato ; con todo el respeto que este ‘periodista’ merece, aun cuando su hipótesis sea cierta y los mexicanos no somos tontos, y estamos hartos de que nos den atole con el dedo, tal afirmación no se hace sin pruebas suficientes.

Si lo que intentó decir es que tras el choque, Juan Camilo Mouriño murió, pues entonces hasta la cabeza de la nota está mal, porque un accidente no asesina ¿o sí?

Un periodista/reportero no emite juicios ni posturas aunque las tenga. Nuestro deber –sí, me considero y soy periodista– informa, transmite lo que ve y escucha. No distorsiona y antes de aseverar un hecho o dar la nota, nuestra tarea es confirmar al100 por ciento que lo que escribimos o decimos es cierto. Es el lector, el televidente o radioescucha quien a través de la información tomará una postura y forjará su propia opinión.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Allanamiento de moradas

Acompañé a mamá maestra al panteón a dejar flores –Día de muertos– en la tumba de su hermana.

Aunque es una tradición, es triste que los camposantos luzcan bonitos nomás una vez al año; que vaya la docena de nietos a limpiar la tumba sólo por hoy, que recuerden más los hijos al papá muerto ahora, tres metros bajo tierra.

Es triste también que cada mes, luego de morir, la familia del difunto mande a pedir u ore por el alma del finado.

¿Acaso con eso libra el vivo/los vivos la culpa por haber tratado mal al muerto?

Fotos en el panteón. Intenté hacerlo con discreción y rápido, no fuera a ser la de malas y la gente me corría.


Me gustó esta tumba, sin exceso ni lápidas. Arbolitos nada más. Pero cuando muera, optaré y será mi última voluntad la incineración. Breve espacio la cajita donde te depositan.





Así las tumbas. Ahí los muertos que no descansan en paz.

domingo, 26 de octubre de 2008

Amo, Amo... lalala

Amo, Amo…lalala– balbucea Camila cuando le muestro esto. Baila y me parece que canta– ¡tía, Amo, Amo… lalalala! – Sonríe mi sobris y así se refiere a Elmo.



La miro con incredulidad; me sorprende su asombro.

No subestimo su inteligencia. Los niños, incluso a la edad que tiene (un año, cuatro meses) comprenden perfectamente y saben qué hacer, porque su cerebro/neuronas apenas comienzan a desarrollar esa conexión que pronto les hará hablar, para que se les dé lo que quieren.

Pero ¿será picudísima para el inglés o puro washawasha? Ojalá, mijita, ojalá.

sábado, 25 de octubre de 2008

Crecer Feliz

No es el titulo de un post triste ni de la niñez mexicana –aunque sí guarda relación con los niños, embarazos, mamás...la, la, la– tampoco con dosis tremendas de nostalgia.

Es, simplemente, que hace unos minutos me di cuenta que la intrepidez por escribir, con la que llegué a la revista Crecer Feliz, hoy celebra aniversario laboral. En palabras menos: ¡llevó ya dos años como colaboradora!

Ustedes dirán que cómo con tan poca leña me quemo, pero no, no, estimado lector. De verdad estoy re contenta en primera por la odisea que fue llegar a la editorial santa feña, y en segunda porque aunque es una revista que depende del contenido que en España se redacta, y hubo cambios en el equipo editorial, me he mantenido en ésta.

Todavía recuerdo que me perdí –sí así literal– en esos rumbos de ex tiraderos de basura durante la búsqueda de una oportunidad para escribir. Por si fuera poco, cuando llegué, estaban en cierre y la editora –Nony– preguntó que quién me recomendaba. Entonces eso me freakeó, pss cómo que quién era mi padrino o que si era madre/madre soltera…¡Nadieeeeee!

–Me gusta tu revista, sé que puedo y quiero escribir en ella. Traigo material publicado– contesté en el telefonito de la recepción.

Dejé un sobre con lo que había escrito en la ya desaparecida EXP, hijita de Expansión, jojojo. ¿Y pos cuál fue mi sorpresa? Que dos semanas después me llamaron para pedirme notas para los actuales salud, posparto o embarazo –uhmm, ya no lo recuerdo bien– y qué hacer (o sea, entretenimiento).

Y pues estaba harto contentita porque poquito antes había tecleado mis primeritos textos para eres*.

Como un año, estuve redactando notas, notas y más notas. Iba a los museos, tenía primicias de exposiciones e iba a inauguraciones; también conferencias-desayunos –dirían, los chayodesayunos, ah sí, pero ¡como van y tragan los reporteros más criticones!–. De igual forma, el ritmo cambió y comencé a escribir artículos más extensos.

Cuando mi directora editorial me asignó por primera vez un artículo sobre embarazo, sin más ni más dijo “¡Quiero que te pongas en el lugar de la embarazada, pienses como ella y le preguntes al doctor todas las dudas que te vengan a la cabeza, y además pregunta entre quienes ya son mamás ¿estamos?!”.

–Sí, Laura. Entendido. – respondí. No sé que me dio más nervio y risa, la orden de la jefa o eso de que me pusiera en el lugar de mamá barrigona.

Ya luego, he hecho propuestas y soy casi experta en la sección Mamá héroe. Eso sí, en ésta la talacha (me atrevo a decir que “periodística”) es ardua. Va desde la búsqueda de la historia, el hecho personal que motiva a una madre a fundar o dirigir una asociación civil; qué hace, cuál es su objetivo, cuáles los logros y en qué contribuye su trabajo a la sociedad mexicana, así como en qué podemos ayudar el resto de las personas. Pero sobre todo si es ad hoc con la sección.

Por cierto, se aceptan Papás héroes (si conocen, échenos un grito).

Este lapso en Crecer Feliz representa crecimiento personal y profesional. Me ha dado muchísimas satisfacciones, entre ellas, una bien linda y honesta que me quebró la voz y arrancó lágrima, y todo.

Creo ¿? Ya lo había escrito, bueee, sino pues, fue cuando una señora con quien platiqué acerca de su voluntariado como médico de la risa, en hospitales) buscó y buscó a su servilleta para agradecer la charla que tuvimos y sus palabras-deseos-buenavibra me hicieron chillar.

Al equipo de Crecer Feliz le agradezco el espacio y la oportunidad; a Nonantzin Martínez, aun cuando voló pa’otras páginas (Picnic, búsquela, búsquela.), le doy la gracias por la confianza, la fe que tuvo en mí y todos lo consejos que me dio y da para mejorar mis textos y el paso por la vida.

jueves, 16 de octubre de 2008

El niño ex descorazonado

Celebrábamos los 87 años de mi abuela hace tres semanas en su casa. Era un festejo muy sencillo entre hijos, yernos, nietos, bisnietos y los colados. Sólo tamales y un pastel deliciosísimo.

Entre los bisnietos –que casi conforman una guardería– está mi sobrino Omar (tiene cuatro años, es un bombón), el niño ex descorazonado. Así lo nombré luego de esto:

–Gordo, tu corazón late muy rápido. Ya ves por brincar tanto, eres un escandaloso– dije mientras ambos estábamos sentados en el viejo reposet que fue de mi abuelo y sentí los latidos– ¿Sabes dónde está el corazón? – agregué.
– ¡Aquí está! – señaló su estómago.
– ¡No, cómo crees! Esa es la panza– nos reímos – Mira, acá está– llevé la manita hacia su pecho.
– ¡Ooooh, sí cierto!

Omar se levantó sorprendido del sillón por lo que le había dicho; corrió hacia el montón de chamacos en búsqueda de su hermana. Cuando la encontró dijo:

– Hermana, hermana…Dany, mira ¡ya tengo corazón, ya tengo corazón!

Torta de jamón Vs. Torta de queso de puerco

Últimamente he recordado las tortas o sándwiches que mi mamá preparaba cuando íbamos –mis hermanos y yo– a la primaria. Desde la buenísima con pechuga de pollo, huevo con ejotes o nopales, la sencilla de jamón-queso blanco-aguacate, hasta la rara de jamón con nopales (¡sí, sí que rara y no me gusta! Ay madre, lo bueno es que no lees mi blog, jaja. Tú y tus inventos.).

No debo de quejarme, siempre llevé un lunch nutritivo. Ustedes recordarán que asistí a la escuela en donde mi má dio clases, entonces para no cargar tanta lonchera, llevábamos una bolsa con la ración que a cada quien le correspondía, y a la hora del recreo, pasábamos al salón de mamá maestra por nuestra torta y mil pesos –de los viejos, obvio– que actualmente vendrían siendo como un peso, ¡aaay, pero te alcanzaba para mucho en la cooperativa!

En aquellos tiempos (1990-1996, creo) yo no conocía el queso de puerco, tampoco sabía que éste se elabora con las sobritas del jamón y otros restos de embutidos, bueno eso me dijo un tío, sólo me preguntaba por qué no nos preparaban tortas con el hermano malo-malo del jamón, llamémosle así.

La verdad, envidiaba a mis compañeritos que llevaban al hermano malo-malo entre el pan blanco bimbo (es que mi mamá siempre y a la fecha compra integral) y la mayonesita embarrada. Así tan simple.

Cuando le dije a mi papá que nos comprara queso de puerco, contestó que no, porque eso es pura cochinada; que apoco no le veía el aspecto feo. No insistí.

Sin embargo, mamá maestra me quitó la tentación del hermano incómodo, finalmente, en la secundaria, y la verdad pensé que el sabor iba a ser lo máximo. Esperé tanto tiempo, era como un sueño hecho realidad, jajaja, para qué, bah, mera decepción.

Conclusión: La torta de queso de puerco no era como la pintaban. No es lo máximo.

miércoles, 8 de octubre de 2008

¿Tiempo para qué?

Es una pregunta buenísima que he intentado responderme durante los últimos dos meses, ¿para qué necesito tiempo?

Además el tiempo es tan relativo, inherente, nunca te separas de él ¿o sí? ¿Estamos sobre el tiempo o viceversa, él sobre nosotros? Cuando leí Momo, hubo una frase que me encanto -¿quién la decía? ¿Casiopea, la tortuguita?-: El tiempo es vida y la vida reside en el corazón. No obstante, es medio abstracta. Tal vez ambigua.

Es el tiempo tan blando, como los relojes de Dalí (¡ah, me encanta su surrealismo,!), y es que al mirar sus cuadros, en donde hace alegoría a las aparatejos con manecillas, en ellos quisiera entrar para entender al tiempo, responderme para qué y por qué espero tanto.

Espero no ser el único espécimen, de 24 años, que duda, que no sabe qué hacer ni para dónde caminar; que tiene ganas de esconder la cabeza en un hoyo, bajo las sábanas o en una bolsa de papel; que dice ‘hoy no me baño’ o ‘me dedico a leer, mi pila de libros pendientes, por placer’ y agarró como terapia ocupacional pintar en tela los motivos navideños para la casa... Sí, y todavía repasando qué he hecho los últimos tres años, me pregunto ¿para qué chingados quiero tiempo?

Mmm...quiero tiempo para estudiar (proyecto inmediato) Gramática, así como intentar ser asertiva. Si alguna de estas dos opciones tangibles me equivoco, ya habré hecho algo: EQUIVOCARME, o ¿no? Pues como dice mi querida Ross “las únicas personas que no se equivocan son quienes no hacen nada”.

He concluido este post, pensé que al finalizar obtendría respuesta alguna, mas no. no fue así. Diría una de mis ex H. Instructoras del taller periodístico “jóvenes, me preocupan. Hay esta juventud que no sabe lo que quiere”.

Estoy igual o aún más abrumada que ella o ¿me siento culpable porque de pronto ya no sé qué es lo que quiero de la vida, y dentro de 20 años ya lo sabré? ¿Por qué las abues dicen:'el tiempo apremia, mijita' o 'el tiempo no perdona'?



Eso del protector solar es mero comercial. Sin embargo, es muy cierto, si lo sabre yo que me la he vivido en el dermatólogo toda la vida. ¡Disfruten el video!

viernes, 26 de septiembre de 2008

Tan, tan, taaa – tan ...

El otro día, uno de tantos, estaba en el Sanborns (es que cuando me da insomnio, voy a ver revistas, pss me queda a 5 minutos. ¡Sí, mi mamá dice que estoy loca!!

De pura casualidad agarré la revista Nupcias. Vestidos, vestidos y más vestido para novias; sugerencias de ramos y arreglos pal jolgorio. Hubo algo que me hizo decir “¡nooo, esto es tan ñoño!”, era una especie de cronograma y hartas tablitas que ayudan a la enamorada a planear el ABC del enlace –término telenovelezco–.

Así como tomé el ejemplar, lo dejé. Aunque, recordé que comienza la marcha nupcial... Tan, tan, taaa – tan, para mi amiga Miss Fashion.

Resulta que hace ya un mes, me despertó el clin –FX CAJA REGISTRADORA DEL SÚPERMERCADO– de mi cel y pensé “¿quién osa interrumpir mi sueño tan temprano?”; la verdad no era tan de madrugada, pero sí salté de la cama.

El mensaje decía algo así: “Hola amiga, quiero compartir contigo mi felicidad, el sábado, me dio Susodicho el anillo de compromiso y estoy feliz, así q prepárate x que el prox año hay boda!! Saludos de la casi ñora de Susodicho.”

No contesté porque ya no tenía crédito; sin embargo, le mandé a Miss Fashion un mail pa’felicitar a los próximos esposos. Imaginó a la mujercita brincando y llorando en tan especial momento, y es que ella siempre nos manifestó sus deseos por casarse y tener hijitos.

Mmm, quizá soy una mala amiga por no emocionarme con la noticia o aún peor y malísima –como la carne de puerco– porque una vez no le avisé a una amiga del CCH (que ya es mamá) que había reunión en plena glorieta del Ángel, pero la verdad es que eso de las bodas y el relajo que implican me dan flojera.

Me exaspera que la amiga que vive en amasiato se queje y queje de lo fatal que es su vida junto al marido viajador (y conste que no soy hipócrita, porque he dicho “mi reina, pa’qué sigues ahí. Tienes dos opciones: quédate, sigue sufriendo o vete y para de sufrir.”) o que la ya madre de familia no tenga mayor tema de conversación que sus embarazos, partos, cumples de los niños y –again– líos maritales.

Sólo pienso “ya no tenemos mucho en común” y a veces por ser y pensar diferente, al común denominador, te miran como la desubicada, inadaptada, amargada, enfadada con la vida y el mundo, rara y hasta dudan de tu psicoorientación sexual... ¿Por qué no entienden que, primer punto, el matrimonio no funciona para todo ser humano; segundo, la soltería es una nuevo status y tercero, no todas las personas quieren y tienen la capacidad de procrear criaturas?

Una tía, a quien le comenté que Miss Fashion se casa, dijo “ay, hija, pues no te emociona porque no eres tú. Al rato ya te veré.”, y yo “nel, tía. No firmaré papeles grises, mucho menos juraré ante un nicho que quiero a alguien; cuando alguien realmente se compromete no hacen falta actos fastuosos. Yo ni creo en el matrimonio y eso del casorio me da mello, mucho mello como Chiquidrácula a los borrachos.”

Por supuesto, la expresión de Doña tía fue de risa, no burla, luego del discursito que le di.

Chale, si luego de este post, amigas, no me invitan a sus bodas, ya sé por qué, jojo.


II

Traigo nuevo look, combinación de Heidi, Wilma –la mamá de los supersónicos– y Blancanieves. Pero esa no era la intención y el peluquero no entendió ni porque le llevé la foto, que recorté del suplemento Club, de una rubia con apellido Creel, y no es la hija del Senador y la Aventurera, ok.

jueves, 18 de septiembre de 2008

365 y ...

El viernes pasado, poco antes de la media noche, me ocurrió algo extraño –y no sé cómo denominarle, si es que se puede– mientras leía en la tibieza de mis sábanas Al sur de la frontera, al oeste del sol de Haruki Murakami (¡qué buenérrimo está este librito, un agasajo. Más adicción al japonés! ).

Sucedió que hice un movimiento cualquiera, giré hacia la izquierda, entonces quedé sobre mi mano, veía un cojín común y corriente, y finalmente percibí un olor especial. Un aroma que intenté recordar, darle nombre, porque tenía nombre... de hombre, y obsesionada, aferrada estaba a que lo tenía.

Por supuesto, estaba sola, tendida en la cama, frente a un ropero. Los únicos testigos eran mis monos, Enrique y Bellota.

Desesperada casi lloro, porque aunque la memoria olfativa –de Karina– sabía de quién era ese olor, no era capaz de pronunciar el nombre... ¡No, cómo, qué barbaridad, era absurdo! Pero, dije en voz alta “es M” (traduzca a Sujeto de ojos bonitos). Y aclaro, l
ector, que él nunca ocupó ese colchón ni lo ocupará.

No sé cuánto tenga que ver el destino, quizá haya sido coincidencia o sea como alguna vez lo pensé “mi inconsciente consciente condicionado”, pero hace 365 días, el 13 se septiembre –miércoles, si la memoria no me falla– M y la que escribe, es decir yo mera, aceptamos cuánto nos dañaba estar juntos y que el objetivo de la ‘relación’ no era ese.

Además, aquel día dejé de ser srita. Oficinista. Salí de un edificio medio acondicionado con el ánimo hasta el tuétano. En una bolsa de papel cargaba diccionarios, post its, papelería pues y un montón de ilusiones, tomé un taxi y durante casi 30 minutos contuve el llanto.

Una que otra gotita escurría. Silencio y más silencio. Llegué al lugar en donde le vería. M aún tardó y esperé y esperé como otras ocasiones, qué más daba si esa fue la última. Lo supe cuatro días antes, cuando él llamó y le dije que quizá lo mejor era despedirnos.

Al encontrarme con M –el miércoles 13– nos abrazamos fuerte, fortísimo. Ahí, con esa muestra de afecto (que de verdad, sentí sincera, honesta) comenzó la despedida. No los buenos deseos, mucho menos los de felicidad. Únicamente las ganas, por ambas partes, de reivindicar, tal vez, un error... Un bello error.

Extrañar no cuesta nada, pero olvidar sí y un montón...


Ya duró mucho el duelo ¿no? Aún no le deseo nada bueno ni malo, por ahora como la
guapa norteña, yo lo que quiero que me salga bien es... la vida.

martes, 9 de septiembre de 2008

Nuevos horizontes

Ayer fui a las instalaciones de famoso diario/periódico –capitalino– a recoger el resultado de mi evaluación como parte de un taller para poder ingresar a éste. No me fue mal, tampoco extraordinariamente bien.

Estoy satisfecha de lo que logré. Aprendí mucho (más ortografía y redacción); detecté mis puntos débiles y fuertes; en que sirvo, en dónde soy defectuosa y de plano qué no es lo mío, pero no hay vacantes de acuerdo a mi perfil, ‘no por ahora’.

El punto es que de ese ‘no por ahora’, sólo yo puedo hacer –una eternidad– o ya next. Y, sí, un poco cabizbaja, pero con demasiada convicción… A lo que sigue, en búsqueda de nuevos horizontes (regresé, luego de gran ausencia, a Crecer Feliz, y pos estoy ¡feliz!).

No fui la única que vivió en la incertidumbre y zozobra del me quedaré, no me quedaré… qué hago. Mis amigos Conejito y Chaira bióloga también se preguntaron “¿y ahora quién podrá ayudarnos?”, respuesta ‘nadie, ni Má Débora’.

En mi caso, llegué al extremo de cuestionar si lo que llevaba recorrido profesionalmente no era un desacierto, entonces me di de zapes, me miré en el espejo y dije “lo que has hecho, aun en revistas, también es periodismo y te ha dado satisfacciones tan lindas, personales que no debes demeritar”.

Recordé que en enero pasado, bueno de este 2008, una abuelita, voluntaria en Risaterapia, me localizó para agradecer la entrevista que le hice, porque sus vecinos vieron la revista a la venta y el rumor se corrió, que bueno…¡ya era toda una fiesta con celebrity!

Esa llamada, la de Gloria la doctora Tatina, le llevo guardada muy hondo. Más allá de haber permitido que yo concretara la entrega de un material periodístico, recuerdo su encanto, las palabras, por las que la lágrima me ganó, y buenos deseos hacia mi personita.

Así que, no me quejaré y hoy me vino a la mente, e hizo reír, la analogía que hace un par de semanas mi amigui Uli comentó –creo que en el cafecillo atendido por Pollodrilo– con Ilemonga y su servidora presentes. Híjole tan textual no lo recuerdo, pero fue algo así como que la contratación en el periódico era una zanahoria y nosotros los conejos.

Si querías la raíz, ¡órale, brinca. Brinca para alcanzarla! Entonces ahí estaban los conejitos, y miren su cara, jajaja (¿verdad que es linda la imagen?).

martes, 2 de septiembre de 2008

El hombre ideal

El hombre ideal no existe.



El hombre ideal es una quimera, y yo no soy quimerista


–a veces sí–



El hombre ideal es una utopía.


El hombre ideal es poeta, escritor, pintor, guionista, científico, filósofo, matemático, mecánico, abogado, médico, político, economista, sociólogo, administrador…



El hombre ideal es irreverente, valiente, curioso, loco, auténtico, caviloso, apasionado, buen amante –¿amigo? –, niño/ viejo, maduro, juguetón…


El hombre ideal es moreno, rubio, canoso, alto, robusto, delgado, gordo, con/sin barros, de OJOS CLAROS, LABIOS ROSAS



El hombre ideal no pide le dibujen borregos, mas le gusta la puesta del sol.


El hombre ideal no es un extraño ni viene del asteroide B 612.



¿El hombre ideal existe?


–Ssssshhhhhhhhh–

lunes, 1 de septiembre de 2008

Meeting girls…y sus efectos.


Terminamos en la Laticueva II el viernes aproximadamente a las 21:00 horas; con una mezcla rara de papas estilo habanero, panque con pasas, mantecadas, café con leche y refresco, Reyna, Cristina (mejor conocida como Lata), Ross, Verónica y su servidora entramos en honda terapia grupal que sin duda sacudió el rincón más inconciente de nuestro conciente.

Todo inició en un cafecito muy condesero. Llegué poco antes de que cayera clásico aguacerazo de temporada. Ahí estaban
Pinky (con Sarah dentro de su barriguita) y las chicas bloggeras citadas, aquello fue un lavadero de rumores para echar harto chal con gusto; tomar fotos, beber té, capuccinos y naranjadas.

El mundo es tan pequeño, y una se entera de incidentes, sucesos, hechos, eventos… que la dejan boquiabierta, jaja.

La mamá de Sarah se retiró mientras el resto continuamos en amena conversación, digo en lo que pasaba la lluvia, y hasta reservaciones se hicieron para ver próximamente al Pelón –dicen que está buenísimo, ya veremos– en un escenario tan, ¿cómo calificarlo? ¿Exótico? Mmm, no, mejor dejémosle en sui generis.

Salimos del lugar hacia Laticueva II sin saber que el discurso de Ross, –a mí por lo menos me pasó–, nos calaría duro y directo.

(Querida Ross, debiste haber sido psicoanalista).

Que la frase que traigo en la memoria y he plasmado en hoja fluorescente en el ropero de mi recámara es: A ver, san grandísima pendeja, aprende que la gente no piensa ni la mitad de lo que tú piensas en ella.

Ésta fue una de muchas, de todo lo que dijo Ross, quien no es miembro de la Iglesia universal, no obstante, en pocas palabras quiso decir “pare de sufrir”, porque el sufrimiento finalmente es opcional y si existe algo o alguien que ‘sientas’ te hace ver la vida gris, pues entonces ¡haz algo! Si tú no hace nada por ti, no esperes que las personas lo hagan, ellas sólo te tendrán lástima.

II

Llegué a casa casi a las 01:00 horas, ¡y dónde que vivo re cerca del Defé!, no importó. Valió la pena porque escuché no sermones ni tips, tampoco consejos, sino puntos de vista de la actitud que he tenido con algunas personas a quienes considero especiales, entonces, pienso que no se puede vivir peleado con la vida y si quieres encontrarle tres pies al gato, los hallarás, pero no con agradables consecuencias.

martes, 26 de agosto de 2008

Mis mojados

Con cariño…a mi tío Rogelio porque lo extraño

Ayer, mi papá habló con su hermano Rogelio. Mis hermanos y yo queremos al tío tanto como a mi padre.

No recuerdo cuántos años lleva mi tío en el norte (EUA). Tenía dos empleos, allá, pero se enfermó y ahora sólo es lava platos. Sí, mi tío se fue de mojado pues, y es uno de los casi 9.9 millones de mexicanos que viven ilegalmente en territorio gringo. Es un hombre que cruzó, según sé, la frontera por el desierto, en la noche para llegar a Pennsylvania.

Allá lo esperaría uno de sus hijos, mi primo Rogelio, quien también se fue re chamaco (no tenía ni 20 años de edad) hacia los United States con el propósito de ayudar a sus padres y mandar dólares para que sus hermanas estudiaran –cosa que no ocurrió, pero ese no es tema de este post–.

Antes de partir, mi tío nos dijo “no quiero que dejen de venir a Santo Tomás nomás porque yo ya no esté, hijas. Esta es su casa, vengan a ver a su primas, a su tía y aquí se quedan. No me vayan a hacer agüelo antes de que regrese…”. Todavía lo recuerdo, él no quería llorar, mas sus ojitos claros comenzaron a ponerse rojos, chillamos y moqueamos con él; nos despedimos.

Nos hemos distanciado ¿más? Sí, más. Porque los chismes y mal entendidos van y vienen. No obstante quiero y admiro a los Rogelios, al tío y al primo, éste que ya echó raíces por allá. Se casó con una güera, Kelly –jaja, quien me quiere por un mensaje que le envié, pffff, hace algunas navidades y casi lloró– y tienen una hermosa niña trigueña, Serena.

Tengo otros primos, en realidad son un montón, que andan regados-establecidos en Estados Unidos; un nómada (Fernando).

Alejandro, hijo de una hermana de mi jefe, está en Phoenix y le hago burla porque tiene look de AB Quintanilla, jojo. El canijo terminó de estudiar, es contador, pero nomás de caprichito se fue, no regresa porque sabe que la pasadita está difícil.

Leo, Eber y Maricruz están, creo, en Los Ángeles. Son hermanos y se echan la mano. Mari tiene un hijo que nació allá, entonces cuando quisieron venir a México a visitar a los abuelos fue un lío sacar al chamaco de SU País.

Total que vinieron y regresaron a Gringoulandia. Leo se fue por que tiene un morro y en su municipio mexiquense el empleo que tenía no daba mucho, y Eber trabaja un chingooo –sí, la verdad es así–, pa’mandar papelitos verdes (o ‘socorros’ dice su mom).

Este no es el blog de las dedicatorias de mi querida
Guri, ni le hago la competencia a la argentina ¡che! Es, pues, sólo un ¿tributo? para los que quiero, quienes pasaron y pasan por lo que Chambao bien describe en la letra. Es quizá una buena analogía del fenómeno que ocurre acá, en América Latina; allá en Europa, África… y en todo el mundo.


viernes, 22 de agosto de 2008

Semana hábil

Comencé la semana bien. Mi editora de Crecer (regresé al freelance, pensé que me darían las 'gracias' luego de tan larga ausencia) me dio luz verde para una propuesta que les hice, así que busqué a doña Mamá Héroe y acordamos entrevista para el miércoles por la mañana.

Por otra parte visité a la mamá de un amigo –quizá mi futuro marido, si es que regresa algún día al País–. Doña Paulina me dio un detalle pachoncito-suavecito que Josue mandó. Y pues me quedé a chismear un ratote con el encanto de señora.

Luego vi a la Chaira bióloga y a Conejito, quien por cierto trae look nuevo. Los tres cargamos un ánimo de la jodida. Nuestro futuro laboral es tan incierto que entre las conclusiones de nuestra charla estuvo que ya comenzaremos la búsqueda de nuevos horizontes.

Fuimos a un cafecito atendido por “Pollodrilo”, jojo, el karma resucitado en el joven güerito de ojos pequeños del amiguito de infancia de Conejito. El lugar tenía buena vista, sino pregúntenle a Conejo.


Mientras Chaira se enojaba cada vez que usábamos el término ‘diametralmente’ para hacer analogías entre su vida y chico globalifóbico o de cómo hacer cultivos hidropónicos, otro de los temas abordados fue el de los caballeritos. ¡Andamos volando bajo! Eso es todo. Me dio gusto verles y esperemos la próxima semana haya más lavadero.

También vi a mi mejor amiga, la Chica A. El plan era platicar por ahí, tal vez cerca de Bellas Artes y sólo café, pero ¡qué café ni que ocho cuartos! Fue juevebes, tanto que no llegué a casa y cuando le avisé a mi mamá, que se enoja y me cuelga el teléfono.

No estuvo mal, no amanecí cruda y para que yo me ponga happy está muy, muuuy difícil… aunque como dice Conejito, el alcohol, efectivamente, me daña el cerebro. A mí la chela nomás no me entra, ni oscura ni clara, ¿micheladas? No me las acerquen para evitar accidentes.

¿Cómo… no bebo chela, pero sí mezcal? Soy un fenómeno, tampoco tinto o blanco (el tinto sólo en sopita de cebolla), imagínense, conocí las margaritas hace como dos años ¡¡dónde he vivido estos 24 años!!

Buen fin y salud -si combeben-.

Estado inconveniente

Estoy un poco ebria en casa ajena (el amigo de una amiga)... Viendo las sesión fotográfica de desnudos de la Chica A con el friend.

Las imágenes las toma Poncho, un gûerito cute que no está nada mal ¿pero? No lo hay, no me interesa.

Tuve dos grandes experiencias esta madrugada... La primera no la escribiré; la segunda, chale. hablé con niño periodista y creí que eramos amigos, ¡vete muy lejos!


***

Ojos bonitos:
A pesar de que eres deleznable... Se está cumpliendo lo que algún día dijiste "seré tan especial que nunca me olvidarás".

02:00 horas Escucho a Ana Torroja y me despido.

lunes, 18 de agosto de 2008

Las Olimpiadas...

¿Qué tan fans son de los Juegos Olímpicos (JO)? ¿Se desvelan y programan sus despertadores par ver las transmisiones cuando compiten los mexicanos?

Yo, la neta, no me desperté ni para la espectacular inauguración (chale, y quienes lo hicieron pues, jojo, fueron tremendamente engañados porque los cohetes que dizque contaminaron Beijing fueron de a mentis, o sea, videos).

Los únicos JO en donde me programé fueron hace ocho años, cuando se llevaron a cabo en Sydney -¡comenzaba ya mi fanatismo por los australianos, ah el Ian Thorpe, hasta coleccioné periódicos con el aussie boy!-.

Competía un mexicano ¿Fernando Platas? Ya no recuerdo. Ahora veo las retransmisiones y pss sí, lo acepto, a través de ‘televisa deportes’. Aunque no es LA cobertura, la prefiero antes que a TV Azteca… mmm, verán, hay un comentarista (Antonio Rosique) que asssh, aaaasssh, ¿cómo lo expreso? Me cae tan, pero taaan mal, o sea, no soporto sus narraciones cargadas de tanto entusiasmo ¡uch!

El señor azteca será todo experto en deportes, pero le encanta llenar de adjetivos y emitir oraciones remilgadas, teatrales y gomosas respecto a cada competencia, bueno… Ejemplo: ¡Phelps, Phelps es un dios del Olimpo!

Como dice mi mamá ‘ni tanto que queme al Santo, ni tanto que lo alumbre’.

Después de expresar brevemente mi descontento, es pues que estos JO extrañé (y quizá a ustedes les sucedió) a una emblemática gimnasta. No es mexicana ni tiene nexo alguno con nuestro País.

Me refiero nada más y menos que a Svetlana Khorkina, no sé. Conciente de su retiro, al ver la nueva ola de gimnastas, en algún momento esperé ver ese expresión y mirada triste que caracterizó a la rusa.

Siempre con el cabello chiquito, su gracia, elegancia y berrinches que hacia cuando no le salía bien alguna de sus rutinas. Sin duda, pasó a la historia después de las 7 medallas obtenidas en diferentes ediciones de JO, así también ganó 20 preseas en campeonatos mundiales y 20 más en competencias realizadas en Europa.

Khorkina comenzó a competir a nivel internacional cuando tenía tan sólo 13 años. Admirable ¿no?

Hallar información de esta atleta ¡está en ruso! Sí, sí, sííí ¿alguien sabe ruso?

Entre las curiosidades que leí está que Svetlana esperaba a su primer bebé, en julio del año pasado, mientras residía en Los Ángeles junto a su novio, pero regresaría a Moscú antes de dar a luz, informó la revista People.

También que a los 17 años posó desnuda en la versión rusa de Play boy (¿qué esto no había sido reciente?), hay fotos, pero no me laten, neta parece Lolita, jaja. Esta foto fue para la Maxim en tierras de los zares.

Además, actualmente participa en el parlamento ruso es, según un portal español de deportes, una de las cuatro ‘muñecas de Putín’.

Digo, él ya no es el presidente, no obstante de que la Khorkina ahí anda, mmmm, digamos, es un equivalente a Ruth Zavaleta –nomás que en bonita– y cabildea en pro de los rusos.

Trae un look raro, se ve mayor y no lo es tanto, apenas tiene 29 años. ¡Aah! Participó en la versión rusa de ‘bailando por un sueño’, y como que se le dio un tiempo eso de la artisteada/modeleada (nomás que tipo región 4).

En youtube encontré este video, material antes de los JO de Atenas 2004, de cómo entrenaba, en dónde… y pensé que, Rusia parece un lugar tan triste, que las instalaciones donde entrenó no eran precisamente fastuosas, tampoco el equipo era lo último en gimnasia.

Pero eso no fue pretexto para descartarse de la competencia, y todavía más aferrada, deseó una medalla tanto como una madre a un hijo, y así lo expresa ella.



Me conmovió, lo admito, y no quiero entrar en territorio mexicano. Pienso que es un secreto a voces lo que sucede dentro del ámbito deportivo en México, no crítico el desempeño de quienes ‘nos’ representaron en China ni creo que somos o son ‘una vergüenza’.

Es bien fácil llenarse la boca de adjetivos denigrantes, pero es más sencillo para nuestro sistema político invertir en quienes podrían obtener una medalla, atletas o estrellas del deporte que han alcanzado el brillo después de haberse costeado su entrenamiento.

Y claro, ya cuando los de la CONADE o algún ‘descubridor’ de talentos los encuentran, se vanaglorian al decir ‘el gobierno destinó tantos miles de millones de pesos en ellos, tanto y no consiguen medallas’…

miércoles, 13 de agosto de 2008

Mis monos

Ando muy hacendosa, además mi recámara merecía ya una sacudida y mi casa limpieza intensa.

No es que estuviera puerco (mi cuartito) o no lo hiciera, pero luego le daba pasadas tipo lamidas de gato, jaja, y me entraba cargo de conciencia. Y es que con lo del curso-taller del mes pasado, por demasiada organización que intenté tener, ¡el tiempo no rendía! A eso, agréguenle que vivo re lejos del periódico de circulación nacional.


La casa, donde vivo y de mis padres, es bastante grande, así que en un día no se limpia, a menos que tuviera un par de empleadas, lo cual no es el caso y mientras esté desempleada soy ‘Karicienta’.

Entonces, ayer Karicienta limpió su cuchitril. Si algo le molesta, aun en su madriguera, es el polvo y peor todavía cuando se junta sobre los nenucos y pocos peluches que conserva.

¡Aaah mis monos güeros que hacen babitas y pipí! También están los de mi hermana, Dulce. Cada una de nosotras tuvo tres muñecos: el pelón, el niño con pelo y la niña.

La nenuca de Dulce al final terminó encuerada y todos los accesorios perdió, decía mi sister que a su muñeca le crecía el cabello cuando la bañana. ¡Qué tiempos aquellos! En una tina enorme echaba agua y metía a todos sus hijos de plástico.

Lo admito, yo era muy ‘cuidadosa’ –y sí, a veces, mamona– con mis juguetes. A la fecha conservo la maletita, en donde y vestimenta original con que llego la nenuca.

Barbies casi no tuve, mi mamá era enemiga de las rubias y la única que recuerdo haber tenido (era la ‘barbie aerobics’) un día que hicimos enojar a nuestra madre nos dio nalgadas justo con la cabeza de la esquelética muñeca y… ¡Bolas periquín!

Lloré amargamente y casi odié a mi má porque me dejó el cuerpo por un lado y la tatema por otro.

Pronto lo olvidé y fui una niña normal. También conservamos nuestra cocina combo, casi amarillenta por el paso del tiempo.

¡Además tengo un “Berrinchitos”! Que valió el mismo día que me lo trajeron los Santos Reyes, un brazo y una pierna se despegaron, tiene unas pecas medio feas. Es la versión de Chucky, pero en alemán y ahora casi Hulk, porque los ojos se le están poniendo verde o amarillo.

¿Ah, y por qué todo esto? Mmm, porque limpié a los hijos de plástico y a pesar de que varias veces hemos dicho que los regalaremos… Creo que ese día no llegará.

martes, 12 de agosto de 2008

¡¡Qué le pasó a mi blog!!

¡¡CAMBIO DE LOOK, AGAIN, POR CULPA DE BLOGGER TEMPLATE!!

No sé qué le ocurrió a este blog. Ayer todo estaba muy bien, no había nada nuevo. Ingresé y mi árbolito estaba ahí/aquí. Hoy... pensé que podía ser mi compu, la loca, que distorcionó todo en la pantalla, pero ¡nooo!.

Bajé nuevamente la plantilla estilo 'tienda naturista', reacomodé el código y el árbol desgraciado nunca apareció.

Está muy emo este diseño, piensa el Gansito; yo digo que no. Tal vez el sillóncito lo pondría verde, nomás que ni sé cómo. Snif, snif, tuve que quitarle letras al subtitulo, chale.

No obstante... Pásele, pásele a este su bló.

lunes, 4 de agosto de 2008

Sida, que sí da

La XVII Conferencia Internacional sobre sida 2008 ha ocupado gran parte del contenido de noticiarios durante este domingo y lunes, así como páginas de periódicos y portales de internet.

Este encuentro mundial se celebra en nuestro País, (cheque estilo de Reforma, jo, estimado lector) desde el 3 y hasta el 8 de agosto, con el propósito de hacer un llamado a distintos sectores, no sólo de salud, para combatir la también denominada “pandemia”.

Queridos lectores, el objetivo de este blog no es repetir lo ya visto o publicado en diversos medios, sino compartir con ustedes el trabajo que escribí en 2006 para la revista ERES* (sí, sí…Colaboré en esa publicación ‘ligh’ –si así la miran– y estoy orgullosísima) sobre una mujer que tenía 22 años cuando su esposo la contagió de VIH.

Además, permítanme escribir que a Silvia la encontré, hace un par de semanas, sobre la Avenida Paseo de la Reforma junto a otras activistas. Platiqué con ellas y me dio muchísimo gusto verla tan bien, tan de buen ánimo como cuando la conocí.

Todavía recuerdo la entrevista, en el bazar de Pericoapa, y el testimonio de Silvia me conmovió tanto que contuve las lágrimas (porque el dolor que aquí pueda retratar es mínimo), y la admiro por ser un gran ser humano, pero sobre todo una gran MUJER.

He aquí algunos extractos de “Mi vida con VIH”, sección Vida Real, eres*443:

“He llorado bastante. Ahora intento mostrarme más fuerte y valiente frente a esto; lo platico para que las chavas y chavos se den cuenta a qué le tiran. Quiero decirles que pueden disfrutar de su sexualidad, pero sin descuidar su salud.”

Silvia es portadora del VIH, tenía 22 años de edad cuando conoció aquel diagnóstico que cambió su vida. Ser joven. Casada y madre de familia no fueron garantías ni protección contra el Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida, SIDA. Pero no sólo eso, era víctima de abuso sexual, maltrato físico y psicológico por parte de su esposo.

[ . . . ]

“Soy Silvia Carmona Medina, ama de casa y activista. Estoy infectada de sida desde 1997, año en el que diagnosticaron a mi pareja. Fue muy extraño porque al hacerme la prueba, se comprob´que tenía el virus , pero no estaba activo”.

[ . . . ]

LA VERDADERA BATALLA
[ . . . ] En 2004, el virus se activó en su cuerpo, fue entonces cuando inició la batalla por vivir “empecé a tomar medicamentos. De pronto me encuentro deprimida y a veces alegre, pero salgo adelante por mis hijos”, dice convencida. [ . . . ]

NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA
Silvia contuvo las lágrimas y siguió su relato sin miedo, como cuando fue al Congreso Internacional de SIDA, en Toronto, Canadá. Allá conoció a muchos chavos y les platicó su historia, así, decidió luchar para evitar la propagación del virus uniéndose a asociaciones civiles que apoyan a personas infectadas. “Ayudo a los muchachos infectados, trato de darles medicamentos, los visito y les ofrezco alimento. Una vez repreguntaron por qué los ayudo si por alguien como ellos me infecté. Yo no veo culpables; somos seres humanos y debemos apoyarnos.”

[ . . . ]


Me detengo, creo que este post es extenso, no sin antes decirles –por trillado que sea–: ¡El uso de condón hace la diferencia! Porque como la señora Silvia, tú y yo somos igual de vulnerables.

Que si no se siente igual de rico con… Ni modo, seguro tampoco es rico vivir con VIH ni con todo lo que éste implique.

viernes, 1 de agosto de 2008

Confianza perdida

01:10 horas, recibí un mensaje al celular (que a punto estaba de apagarse) imaginé que era niño periodista tal vez diciendo en hebreo ‘buenas noches’.

Sin embargo, no era él. Desencanto… Ahí voy nuevamente. Al leer el remitente no lo creí, el imberbe deleznable requería de mí para conciliar el sueño, y esta estúpida condescendiente se aventó.

¡Putacarajodemierda! Justo ayer conversé con la Luna y me prometí no gastar más tiempo, dinero, letras, pensamiento ni energía en aquél, ¿imaginan quién fue? Supongo que sí, aun más cuando este espacio en un 70 por ciento es casi un altar a su chingaderas.

-Ustedes perdonarán el lenguaje, pero ya no sé si es la gripa o mi falta de palabra lo que me hace llorar, hundida en la mecedora, como Magdalena y con los mocos casi sobre la lap-

Estoy enojada, no, no con él, conmigo.

¿Cuántos mensajes fueron? No lo sé ¿Cuántos puedes enviar en 23 minutos?

Los suficientes para darte cuenta que otra vez permites que te jodan y traten como basura y por qué no como mero objeto sexual.

Quizá no estoy dolida sino ardida, y no sabes cuántas ganas me dan de escribir tu nombre es este espacio con la tipografía más grande que exista y en rojo, al fin es mío, poner tu foto; exhibirte.

No lo haré, si todavía conozco la dignidad y el respeto no lo haré. Yo no tengo nada que perder, en cambio tú… Tú ya perdiste todo, hasta la confianza de quienes algún día te amamos, sino ojalá lo pierdas.

Así que, no me hables de confianza porque mientras estuve contigo fui incondicional, leal, “fiel”, compañera y confidente a pesar de todo los contras que nos rodearon. Te apoyé, dentro de mis posibilidades, como pude, nunca te pedí ni quité nada; estuviste a mi lado porque quisiste y si cerramos lo que hubo para qué me mandas mensajes esta madrugada.

Si te jodí la vida ¿a qué vienes? ¿a que nos la jodamos? ¿confianza? ¿acaso la conoces?

“Ya no confío en tu discreción. Pero puedes mandarme tú una. En serio.”

Yo confié en ti, ¡bah! Y hasta hace unos meses aún tenías mi confianza no obstante la lejanía… hoy, estamos a mano si así lo quieres ver.

Buenas noches.

lunes, 28 de julio de 2008

Reencuentro

Las manos me sudaban, el ansia recorría mi cuerpo y el latido de mi corazón era intenso. Esperé a que apareciera ¿cómo estaría? ¿Cómo me vería después de tan larga ausencia?

¿Habría cambiado? ¿En qué? ¿Cómo? Respiré hondo… ¡Por favor, aparece!

Lo siento, fue inevitable abrazarlo, decir ‘me da gusto verte’, sonreír de felicidad e incredulidad, lo siento.

Hablé, hablé y hablé; revisamos hojas y letras (pero él había dejado de ser mi escritor, mi cuentista, mi poeta, mi guionista).

Sus malditos ojos me tenían abstraída mientras el discurso de mi boca fluía, fluía y fluía, y reí porque la vida (¡bah!) ‘está bien sin ti’, por supuesto o ¿debía decir?

“Estos 10 meses han sido cabrones, y como que aún te quiero, pero me aguanto porque entendí que entre tus prioridades no estoy. Aunque tenía la esperanza de que te cayeras en el Pacífico (lo cual no sucedió) y si regresabas, pues que me buscaras… bla bla bla”.

–Te ves muy bien– dijo él con risita extraña.
–Ah, gracias– respondí sin darle importancia, lo siento, no podía responder lo mismo –, mira traje dos, checa cuál es mejor.
–¿Cuántos años tienes? ¿25? – dio un sorbo a su café con crema.
–¡Qué te pasa, tengo 24 y los cumplí este año, soy una nena!– contesté indignada.
–Estás chiquita todavía– eso no pensó hace tres años.

Hicimos un up date breve y rápido acerca de lo que nos ha sucedido, chale, su vida es gris ahora y quizá podría aprovechar, pero ya no estoy segura de retroceder.

No le fue nada bien después de, y a mí me va –bien– poco a poco. Es cierto que cuando dejas o te separas de algo que no aportaba nada a tu vida, las cosas comienzan a acomodarse, toman su lugar y honestamente no quiero y tengo miedo de desajustar lo acomodado.

Les dejó con esta rolita de Ely, a lo primero que dice no le hagan caso, el video original no me gusta mucho… Es la letra que me engancha.



Aah, si por este blog pasas, querido deleznable imberbe, quiero que sepas que a veces te odioooo y otras te extraño harto, tanto que podría regresar ¡bah!

viernes, 18 de julio de 2008

The love song...

And indeed there will be time
To wonder, "Do I dare?" and, "Do I dare?"
Time to turn back and descend the stair,
With a bald spot in the middle of my hair
[They will say: "How his hair is growing thin!"]
My morning coat, my collar mounting firmly to the chin,
my necktie rich and modest, but asserted by a simple pin
[They will say: "But how his arms and legs are thin!"]
Do I dare
Disturb the universe?

T. S. Elliot

Le pedía que me lo dijera, era excitante escucharlo en su inglés perfecto; le daba pena 'estoy en la oficina, amor', decía, y yo contestaba '¿eso qué? ¿en la oficina no piensas en mí y me dejas de querer?'.

Y es que, es tan frustrante estar a dos cuadras de su casa, no poder llamarle (para evitar problemas)...




lunes, 14 de julio de 2008

AVISO OPORTUNO

Busco a Miguel, no sé quién es. ¿Alguien le conoce o lo ha visto?

¿De dónde saliste? Como que me conoces, como que te conozco, tal vez no, pero si regresas deja tus datos.

No me agrada el anonimato...

sábado, 12 de julio de 2008

Juego limpio

No soy celosa, nunca lo he sido ni siquiera cuando a Sujeto de ojos bonitos las empleadas de Suburbia, Zara, la chica de un lugar donde vendían marcos o cualquier otra mujercita lo miraban.

Me causaba risa y a él también, entonces me abrazaba y yo le decía ‘que te miren las pobres, estás conmigo. Yo te tengo, ellas no’; la verdad es que en cualquier lugar donde estuviéramos, era inevitable no mirarlo. Es guapo, guapísimo, un poco ojete, patán tal vez, pero harto guapo.

Ni sus alumnas ni sus compañeras de trabajo causaron que mi percepción se distorsionara para entrar en crisis (eso es celotipia, entendí). Independientemente de confiar o no en él, lo conocía y supe cuáles o quiénes podrían ser sus puntos débiles…

A veces, Sujeto de ojos bonitos intentó –a propósito- que me dieran celos, no lo logró y me burlaba de él.

Atrás quedó (uy sí, tanto que aún escribo respecto a él… Necesito una introducción para este post, ¡bah!) y ¡oh por los clavos de Cristo! Ayer me ganó la celotipia.

Por supuesto, no tiré floreros tampoco rompí espejos –así tipo drama novelezco-, pero ¿saben qué sentí o cómo lo resintió mi cuerpo? Tenía las mejillas tiesas y cuando reía como que me daba tortícolis en los cachetes; eso sí, no perdí el estilo, vaya, no me puse loca.

–Relax, relax…Déjalo fluir, juega limpio·· juega limpio·· juega limpio… – me repetía una tras otra y otra vez.

Y es que hay un tipillo que me hace ruido, no es guapo ni feo, ¿galán? Menos, ¿inteligente? Pues sí y así que digas el hombre más culto y apantallante por todo lo que sabe… No.

Es lindo, caballerito y tiene la palabra(s) adecuada en una conversación; cuando estoy con él hablo hasta por los codos y me entra el efecto YOYO*.

El maestro trepador me instruyó durante casi dos semanas sobre cómo tirarle la onda, mas no el calzón; de cómo hacerle ver que me gusta y el asunto no es sexoso; también me dio tips para averiguar si tiene novia/sujeta/mujer/chica, y psss qué creen, sí tiene (FX CRISTALES DESMORONÁNDOSE).

Como no sabía qué hacer o cuál era el siguiente paso que dar, le informe a maestro trepador, quien de inmediato me contestó “ante la novia, no hay técnica limpia”, es decir, retírate y obvio ha sido complejo trabajarme esa idea cuando convivo gran rato con el tipillo, así que como los alcohólicos ‘sólo por hoy’.

En fin, la crisis de celotipia no me entró al saber que tiene galana, sino a que en una fiesta, el tipillo tuvo grillete todo el tiempo (y no precisamente la novia). Me sentí tan, tan, taaaaan celosa, que no sé de dónde tuve tanta templanza.

Era yo toda serenidad, aunque en el fondo sentía que me faltaba el aliento.

Y como no me gusta sentirme así, sigo el consejo de Aldo, JUGAR LIMPIO porque creo definitivamente que todo en esta vida se regresa, y porque lo último que se pierde es la fe.






*Hablar de mí, mí, mí.