jueves, 16 de octubre de 2008

El niño ex descorazonado

Celebrábamos los 87 años de mi abuela hace tres semanas en su casa. Era un festejo muy sencillo entre hijos, yernos, nietos, bisnietos y los colados. Sólo tamales y un pastel deliciosísimo.

Entre los bisnietos –que casi conforman una guardería– está mi sobrino Omar (tiene cuatro años, es un bombón), el niño ex descorazonado. Así lo nombré luego de esto:

–Gordo, tu corazón late muy rápido. Ya ves por brincar tanto, eres un escandaloso– dije mientras ambos estábamos sentados en el viejo reposet que fue de mi abuelo y sentí los latidos– ¿Sabes dónde está el corazón? – agregué.
– ¡Aquí está! – señaló su estómago.
– ¡No, cómo crees! Esa es la panza– nos reímos – Mira, acá está– llevé la manita hacia su pecho.
– ¡Ooooh, sí cierto!

Omar se levantó sorprendido del sillón por lo que le había dicho; corrió hacia el montón de chamacos en búsqueda de su hermana. Cuando la encontró dijo:

– Hermana, hermana…Dany, mira ¡ya tengo corazón, ya tengo corazón!

6 comentarios:

Ra. dijo...

WOOAAAA lo amo!!!

eso me hace recordar que lindo es sorprenderce y disfrutar todo lo bello y simple que tenemos

Gurisa dijo...

Jajajajajajajajaja

Criaturita de Dios!

Jana dijo...

ternuritaaa!!! son una divinura en esa edad los niños!

saluditos!

Dídac Muciño dijo...

aaaawww
el niño su inocencia!!
que ternura.

Lastima que por el tiempo,
se pierde, deberiamos sembrarla.

Saludos!! :)

Luna Nueva dijo...

No se i el cumple o la edad me pusieron sensible, por q hasta ganas me dioern de llorar de tanta ternura e inocencia, q lindo seria sorprendernos de descubrir que aun tenemos un corazón asi.

El Señor Tlacuache dijo...

Mmm... el niño descubrio que tenía corazón...

Y yo descubrí que las mujeres... no lo tienen...

Shiaaa...

Jajaja