jueves, 18 de septiembre de 2008

365 y ...

El viernes pasado, poco antes de la media noche, me ocurrió algo extraño –y no sé cómo denominarle, si es que se puede– mientras leía en la tibieza de mis sábanas Al sur de la frontera, al oeste del sol de Haruki Murakami (¡qué buenérrimo está este librito, un agasajo. Más adicción al japonés! ).

Sucedió que hice un movimiento cualquiera, giré hacia la izquierda, entonces quedé sobre mi mano, veía un cojín común y corriente, y finalmente percibí un olor especial. Un aroma que intenté recordar, darle nombre, porque tenía nombre... de hombre, y obsesionada, aferrada estaba a que lo tenía.

Por supuesto, estaba sola, tendida en la cama, frente a un ropero. Los únicos testigos eran mis monos, Enrique y Bellota.

Desesperada casi lloro, porque aunque la memoria olfativa –de Karina– sabía de quién era ese olor, no era capaz de pronunciar el nombre... ¡No, cómo, qué barbaridad, era absurdo! Pero, dije en voz alta “es M” (traduzca a Sujeto de ojos bonitos). Y aclaro, l
ector, que él nunca ocupó ese colchón ni lo ocupará.

No sé cuánto tenga que ver el destino, quizá haya sido coincidencia o sea como alguna vez lo pensé “mi inconsciente consciente condicionado”, pero hace 365 días, el 13 se septiembre –miércoles, si la memoria no me falla– M y la que escribe, es decir yo mera, aceptamos cuánto nos dañaba estar juntos y que el objetivo de la ‘relación’ no era ese.

Además, aquel día dejé de ser srita. Oficinista. Salí de un edificio medio acondicionado con el ánimo hasta el tuétano. En una bolsa de papel cargaba diccionarios, post its, papelería pues y un montón de ilusiones, tomé un taxi y durante casi 30 minutos contuve el llanto.

Una que otra gotita escurría. Silencio y más silencio. Llegué al lugar en donde le vería. M aún tardó y esperé y esperé como otras ocasiones, qué más daba si esa fue la última. Lo supe cuatro días antes, cuando él llamó y le dije que quizá lo mejor era despedirnos.

Al encontrarme con M –el miércoles 13– nos abrazamos fuerte, fortísimo. Ahí, con esa muestra de afecto (que de verdad, sentí sincera, honesta) comenzó la despedida. No los buenos deseos, mucho menos los de felicidad. Únicamente las ganas, por ambas partes, de reivindicar, tal vez, un error... Un bello error.

Extrañar no cuesta nada, pero olvidar sí y un montón...


Ya duró mucho el duelo ¿no? Aún no le deseo nada bueno ni malo, por ahora como la
guapa norteña, yo lo que quiero que me salga bien es... la vida.

8 comentarios:

Gurisa dijo...

Sí, ya fue mucho duelo.
Igual, no creo que cada pareja que tengamos en nuestra vida haya sido un error. Simplemente porque de cada uno de ellos terminamos aprendiendo algo.

El Señor Tlacuache dijo...

Mmm... no sabes de la regla del 1-3???

El duelo debe durar... máximo 1 mes... si el(la) ex era querido...

El duelo debe durar máximo 3 meses... si el(la) ex era algo ya formal...

Asi que eso de llorarle 1 año a un fulano... ps ñañaña

Adelante con las cosas, hay niños físicos, biólogos y etc por ahi esperando a que los atrapes... jeje

Recuerda siempre esta sabia palabra... que debes aplicar cuando un tipejo se disponga a desaparecer de tu vida... cuando eso pase... solo debes decir...


NEEEEEEEEEEEEXT!!!!!

Conejitocisne dijo...

Otra vez? Otra vez? Bastaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.

Ay amiga, qué pasó con aquello de "hoy voy a cambiar, haré mis maletas"?

El amiguito de arriba tiene razón: Next.

Ps. Dónde has andado?

Luna Nueva dijo...

y me dijp doña lata que se vale tamben estar triste es tu fecha, tu duelo vivelo y despues pa lante.

Se extrañaaaaaaaaa yyyyyyy

Elizabeth Martínez dijo...

Cuando una esta asi, no existe el tiempo... asi pasen 10 años seguiras sufriendo por el... as{i que decidete a dejarlo atras.

No lo olvidaras, a menos de que sufras de amnesia, pero por lo menos ya no te dolera.

Animo, prendele una vela como a los difuntos y tu sigue adelante!

Jana dijo...

De eso se trata de que a pesar que las cosas no salgan bien.. debemos de hacer un esfuerzo extra para que nos salga bien la vida!!

Y sabes que no es obligación desear que les vaya bien.. yo nunca lo hice no tenía porque, ademas ni lo sentia asi ja.

Animo Kary!!
saluditos!

Lata dijo...

pues ya estás... es tiempo de olvidar.
:)

Anando dijo...

Olvidar cuesta cuando te aferras a lo que se tiene que ir, es mejor dejarlo irse, darle libertad y dartela a ti misma.
Un abrazo